Práctica del profetizar, La, por Witness Lee

LO QUE OBSTACULIZA NUESTRA COOPERACIÓN PARA HABLAR JUNTAMENTE CON EL ESPÍRITU ES NUESTRO HOMBRE NATURAL CON NUESTRA MANERA DE SER Y HÁBITO

Lo que obstaculiza nuestra cooperación para hablar juntamente con el Espíritu es nuestro hombre natural con nuestra manera de ser y hábito. Nuestro hombre natural, nuestra manera de ser y nuestro hábito forman una “trinidad” engañosa que opera dentro de nosotros para anular nuestra función y nuestra utilidad. Para estar en la iglesia hemos sacrificado mucho y hemos dejado muchas cosas atrás. Sin embargo, tal vez estemos aquí guardando silencio, debido a nuestro hombre natural con nuestra manera de ser y hábito.

El obstáculo que no nos deja cooperar para hablar juntamente con el Espíritu, se puede ver en que no hablamos. En cierto sentido, es sorprendente que entre nosotros, algunos han estado tanto tiempo sin hablar. También nuestro obstáculo es nuestro temor. Tal vez tengamos temor de hablar en una reunión debido a la presencia de ciertos hermanos. Tal temor no es necesario. También nuestras preocupaciones y consideraciones son obstáculos. Un hermano podría preocuparse de que si habla de cierta manera, su esposa podría reprenderlo. Muy a menudo nuestras consideraciones anulan nuestro hablar. Debemos olvidarnos de nuestras preocupaciones y consideraciones y hablar sin importarnos cuál pueda ser el resultado.

Otro obstáculo que impide nuestra cooperación con el Espíritu es que queremos guardar las apariencias. Quizá sentimos que podemos hablar solamente si somos el mejor orador, así que no hablamos porque no queremos quedar mal. Otro obstáculo es que vacilamos. Y otro, es también que no estamos dispuestos a hablar. Tal vez no haya problema ni consideración que nos impida hablar, pero es posible que simplemente no estemos dispuestos a hablar.

Aun si vencemos todos los factores anteriores, es posible que lo que obstaculice nuestra cooperación para hablar juntamente con el Espíritu radique en que hablamos de modo inaudible. Cuando hablamos así, es como si no habláramos a otros, sino a nosotros mismos. Otro obstáculo es que hablamos de modo liviano. Es probable que no haya lógica, raciocinio ni propósito en lo que decimos. Hablar de modo liviano es igual que no hablar en absoluto. Cuando hablamos, tenemos que hablar en serio y de manera lógica.

Otro obstáculo que no nos deja cooperar con el Espíritu es que hablamos sin ejercitar el espíritu. Cuando hablamos en voz baja y de manera aburrida en la reunión, no estamos ejercitando nuestro espíritu. Cuando hablamos, tenemos que ejercitar nuestro espíritu. Otro obstáculo es que hablamos sin sentido espiritual. Un hablar que carece de significado espiritual es algo vacío, como un cascarón sin nada por dentro. El contenido de nuestro hablar debe ser algo que tenga significado espiritual. Otro obstáculo para hablar es que hablamos por mucho tiempo. Aun si hablamos en la reunión, es posible que nuestro hablar sea anulado por todos los factores dichos anteriormente. Si nuestro hablar es anulado, entonces la reunión es vacía, y ya no hay un hablar apropiado en la reunión.

(Práctica del profetizar, La, capítulo 4, por Witness Lee)