Dos grandes misterios en la economía de Dios, Los, por Witness Lee

EL ESPÍRITU DIVINO Y EL ESPÍRITU HUMANO

En la Biblia vemos dos espíritus: el Espíritu divino y el espíritu humano. En la Biblia se encuentran tres versículos que nos dicen que hay dos diferentes espíritus. Uno es Juan 3:6b, que dice: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. El espíritu humano es nacido del Espíritu divino. Las versiones de la Biblia incluso enfatizan esta diferencia escribiendo con una “E” mayúscula el primer Espíritu mencionado en este versículo. Otro versículo es Juan 4:24, donde el Señor dice: “Dios es Espíritu [el Espíritu divino]; y los que le adoran, en espíritu [el espíritu humano] y con veracidad es necesario que adoren”. Dios es Espíritu, y nosotros tenemos un espíritu dentro de nuestro ser, el cual es el órgano adecuado para adorar a Dios, para tener contacto y comunión con Él, para recibirle y para contenerle.

El tercer versículo es Romanos 8:16, que dice: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu”. Ambos espíritus actúan juntos. El Espíritu Santo opera juntamente con nuestro espíritu testificando que somos hijos de Dios. Este versículo demuestra que ahora el Espíritu divino es uno con nuestro espíritu humano, y que nuestro espíritu humano es uno con el Espíritu divino. Por tanto, en 2 Timoteo 4:22 dice: “El Señor esté con tu espíritu”. Hoy Cristo es el Espíritu vivificante. Cuando la Biblia dice: “El Señor esté con tu espíritu”, da a entender que Cristo como Espíritu vivificante está con nuestro espíritu. Es por ello que 1 Corintios 6:17 declara: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. ¡Aleluya! Tenemos el Espíritu divino, y tenemos un espíritu humano. Finalmente, estos dos espíritus se han mezclado como un solo espíritu.

(Dos grandes misterios en la economía de Dios, Los, capítulo 3, por Witness Lee)