II. EL ESQUEMA GENERAL
El esquema general de Deuteronomio es el siguiente: el nuevo adiestramiento impartido a la nueva generación de los hijos de Israel después que vagaron por largo tiempo, con el fin de prepararlos para entrar en la buena tierra prometida por Dios y heredarla en propiedad. Aunque la palabra adiestramiento no se encuentra en Deuteronomio, es un hecho que Moisés le estaba dando al pueblo un nuevo adiestramiento. El primer adiestramiento había sido dado cuarenta años atrás en el monte Sinaí, y en el libro de Deuteronomio, este adiestramiento fue dado nuevamente, esta vez a la nueva generación, la cual había estado vagando por el desierto. El propósito de este adiestramiento era prepararlos para entrar en la buena tierra y heredarla.
Durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto, los hijos de Israel fueron llevados por Dios. Moisés habla de esto en 1:31: “En el desierto, donde has visto que Jehová tu Dios te ha llevado, como lleva el hombre a su hijo, por todo el camino en que habéis andado hasta llegar a este lugar”. Aunque el hecho de que vagaran no agradó a Dios, Dios los llevó de manera continua hasta que finalmente Él obtuvo un pueblo que estaba preparado para entrar en la buena tierra, poseerla, disfrutarla y edificar en ella un templo, una casa, para Dios.
El mismo principio se aplica hoy a nosotros. A lo largo de los años, Dios nos ha llevado. Dios nos lleva aun cuando nuestro diario vivir no le agrada; Él nunca nos desecha. Además, Él no sólo lleva a todos los creyentes, sino también a todas las iglesias. Hoy las iglesias están sobre los hombros del Señor. Él lleva a las iglesias sobre Sus hombros con el propósito de cumplir Su economía. Dios no puede ser derrotado; Él logrará la meta que se propuso alcanzar. Mientras nos lleva, Él necesita que experimentemos un deuteronomio, que Su palabra nos sea reiterada, una y otra vez.
(Estudio-vida de Deuteronomio, capítulo 1, por Witness Lee)