NO YO, SINO LA GRACIA DE DIOS CONMIGO
En Gálatas 2:20 Pablo dice: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”, y en 1 Corintios 15:10, él dice: “No yo, sino la gracia de Dios conmigo”. En la primera parte de este versículo Pablo nos dice: “Por la gracia de Dios soy lo que soy”. Esta gracia es el Cristo resucitado, que se hizo el Espíritu vivificante para, en resurrección, introducir en nosotros al Dios Triuno procesado, para que sea nuestra vida y suministro de vida a fin de que vivamos en resurrección. Así que, la gracia es el Dios Triuno que llega a ser nuestro vida y nuestro todo.
En 2 Corintios 13:14, la gracia está relacionada con el amor y la comunión. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Aquí el amor, la gracia y la comunión corresponden al Padre, al Hijo y al Espíritu mencionados en Mateo 28:19. Por una parte, nosotros bautizamos a las personas en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; por otra, también podríamos decir que bautizamos a las personas en el amor, la gracia y la comunión. Con relación al Padre, tenemos amor; con relación al Hijo, tenemos amor y gracia; y con relación al Espíritu, tenemos amor, gracia y comunión. Esto significa si tenemos la comunión del Espíritu Santo, tenemos la gracia del Señor Jesucristo con el amor de Dios. Éste es el Dios Triuno en virtud del cual cumplimos con los requerimientos de Dios a fin de que se lleve a cabo Su economía.
(Estudio-vida de Deuteronomio, capítulo 5, por Witness Lee)