LA HABITACIÓN DE DIOS EN NUESTRO ESPÍRITU
Según la tipología de Deuteronomio 12, se les requería a los hijos de Israel ir a un lugar geográfico determinado. Esto significa que en el Antiguo Testamento, el terreno escogido era un lugar físico muy definido. Al oír esto, algunos quizás pregunten: “¿Cómo podemos aplicar este tipo a nuestra situación actual? ¿Deben los creyentes congregarse en un sitio determinado tres veces al año?”. Para contestar estas preguntas, debemos comprender que el cumplimiento del tipo presentado en Deuteronomio 12 no está relacionado con un determinado lugar geográfico, sino que guarda relación con nuestro espíritu. Podemos comprobar esto al comparar Efesios 2:22 con Juan 4:21-23. En Efesios 2:22 Pablo dijo que somos “juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu”. En Juan 4 el Señor Jesús respondió a la pregunta de la mujer samaritana en cuanto al lugar correcto para adorar a Dios. Él le dijo: “La hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre [...] la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu...” (vs. 21, 23). Esto indica claramente que el terreno correcto para la adoración a Dios, hoy en día, está en nuestro espíritu. La habitación de Dios, Su morada, está en nuestro espíritu. Mientras estemos en nuestro espíritu, estaremos en el lugar correcto para adorar a Dios.
(Estudio-vida de Deuteronomio, capítulo 11, por Witness Lee)