Caos Satánico en la vieja creación y la economía divina para la nueva creación, El, por Witness Lee

VII. EN EL NUEVO TESTAMENTO

A. En cuanto a Cristo y Su ministerio

En cuanto a Cristo y Su ministerio, el Nuevo Testamento revela que había tanto economía divina como caos satánico.

1. La economía divina en Cristo, el Dios-hombre

La economía divina, el ministerio de Cristo y el Nuevo Testamento van juntos. Si no hubiese economía divina, no habría existido el ministerio de Cristo ni el Nuevo Testamento.

a. Cristo, la incorporación del Dios Triuno, se encarnó para ser un Dios-hombre

En la economía divina, Cristo, la incorporación del Dios Triuno, se encarnó para ser un Dios-hombre (Jn. 1:1, 14; Lc. 1:26-38; Mt. 1:18-23). Es necesario que todos veamos este hecho maravilloso y que alabemos al Señor por ello.

b. Juan el bautista dio testimonio de Cristo

Juan el bautista dio testimonio de Cristo (Mt. 3:1-12; Jn. 1:6-8, 15, 19-36). Con respecto a Cristo, Juan era un ayudante.

c. Los que buscaban al Mesías fueron a Cristo y le siguieron

Ya hemos hecho notar que muchas personas piadosas esperaban la venida del Mesías. Según el Nuevo Testamento, los que buscaban al Mesías vinieron a Cristo y le siguieron (Jn. 1:37-49; Mt. 4:17-24; Jn. 3:1-15). Esto también tenía que ver con la economía divina.

d. Cristo enseñaba acerca del reino, proclamaba el evangelio y sanaba toda clase de enfermedades

En Su ministerio, Cristo enseñaba acerca del reino, proclamaba el evangelio y sanaba toda clase de enfermedades, atrayendo a una gran multitud a que le siguiera (Mt. 4:23-25). Esta enseñanza acerca del reino, esta proclamación y esta sanidad eran aspectos de la economía divina.

e. Cristo les reveló a Sus seguidores el reino de los cielos, los misterios del reino de los cielos, Cristo y la iglesia, la consumación de esta era, la segunda venida de Cristo, y el misterio de la Trinidad Divina en unión con los creyentes de Cristo

Cristo les reveló a Sus seguidores muchas cosas maravillosas. En Mateo 5—7 El reveló el reino de los cielos; en Mateo 13, los misterios del reino de los cielos; en Mateo 16:13-19, Cristo y la iglesia; en Mateo 24—25, la consumación de esta era y la segunda venida de Cristo; y en Juan 14—17, el misterio de la Trinidad Divina en unión con los creyentes de Cristo. Por tanto, Cristo capacitó a Sus seguidores para que vieran muchos misterios celestiales, aun para que vieran el misterio de la unión orgánica de los creyentes con el Dios Triuno.

2. El caos satánico en el caso de los romanos, los judíos, y los seguidores de Cristo

Todas estas cosas maravillosas en la economía divina fueron acompañadas por algo maligno, el caos satánico.

a. Herodes procuró matar a Cristo mientras Cristo era un niño de brazos

Según Mateo 2:1-22, Herodes procuró matar a Cristo mientras Cristo era un niño de brazos.

b. Los fariseos criticaron a Cristo y blasfemaron contra El

Mientras Cristo llevaba a cabo Su ministerio en la economía divina, los fariseos lo criticaron y blasfemaron contra El (Mt. 9:10-13, 33-34; 12:22-35).

c. El pueblo de Israel rechazó a Cristo y Sus enseñanzas

El pueblo de Israel rechazó a Cristo y Sus enseñanzas (Mt. 11:20-24; 13:53-58).

d. Los fariseos y los saduceos tentaron a Cristo e instruyeron al pueblo con sus enseñanzas leudadas

Los fariseos y los saduceos tentaron a Cristo e instruyeron al pueblo con sus enseñanzas leudadas (Mt. 16:1-12). Por esta razón, El le dijo a Sus discípulos: “Guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” (v. 6), y con el tiempo ellos aprendieron que al hablar de la levadura se refería a la enseñanza de los fariseos y de los saduceos (v. 12).

e. Satanás se movió en Pedro para impedirle a Cristo ir a la cruz

Satanás se movió en Pedro para impedirle a Cristo ir a la cruz (Mt. 16:21-26). Cuando el Señor Jesús les reveló a Sus discípulos que sería crucificado, Pedro, mostrando su amor por el Señor, lo tomó aparte y “comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca” (v. 22). Cuando Pedro dijo esto, el Señor Jesús se volvió a él y le dijo: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (v. 23). Aparentemente Pedro estaba mostrando amor para con el Señor; en realidad, fue motivado por Satanás. Esto quiere decir que hasta el amor que Pedro sentía por el Señor Jesús fue instigado por Satanás.

(Caos Satánico en la vieja creación y la economía divina para la nueva creación, El, capítulo 2, por Witness Lee)