Estudio-vida de Juan, por Witness Lee

III. JESÚS COMO CORDERO DE DIOS CON EL ESPÍRITU COMO PALOMA, PRODUCE LAS PIEDRAS PARA EL EDIFICIO DE DIOS

En este mensaje estudiaremos la última parte del primer capítulo del Evangelio de Juan (vs. 19-51). El tema principal de este pasaje es Jesús como el Cordero de Dios, y el Espíritu Santo como la paloma, hacen que los creyentes sean hechos las piedras para la edificación de la casa de Dios con el Hijo del hombre como el elemento. Este tema consta de cinco puntos principales: el Cordero de Dios, la paloma, las piedras, la edificación de la casa de Dios y el Hijo del Hombre. El Cordero de Dios se relaciona con la redención, la paloma tiene como fin impartir la vida, transformar y edificar, la piedra es el material, la casa es el edificio y el hombre es la sustancia del edificio de Dios. En primer lugar, el hombre es redimido por el Cordero; luego, la paloma lo regenera y lo transforma. De esta manera, el hombre se convierte en una piedra, con la cual la paloma puede edificar. La paloma no sólo regenera, sino que también transforma y une, lo cual produce con el tiempo la edificación de la casa de Dios. La esencia, el elemento básico, de la casa de Dios no es la divinidad, sino la humanidad. La divinidad es el habitante y la humanidad es la morada. Sin embargo, ésta no es una humanidad natural ni la que fue creada; más bien, esta humanidad ha sido regenerada, transformada y elevada, o sea, que ha pasado por el proceso de la creación, encarnación, crucifixión, resurrección y ascensión. Cuando la humanidad pasa por este proceso maravilloso, llega a ser la sustancia del edificio de Dios, la morada de Dios. Ningún otro libro presenta este punto tan claramente como los escritos de Juan, tanto en su evangelio como en sus epístolas y su libro de Apocalipsis. Por lo tanto, debemos dedicar tiempo para estudiarlos.

Juan 1:19-51 es una larga sección compuesta de treinta y tres versículos. ¿Por qué es tan larga? Por años me inquietó este asunto y me preguntaba: “El lenguaje de los primeros dieciocho versículos es bastante económico, ni una sola palabra es desperdiciada. ¿Por qué Juan usa tantas palabras en esta parte del capítulo?”. No podía entender por qué Juan un escritor tan parco y simple usó tantos versículos. Si yo la hubiera escrito, sólo habría usado siete u ocho versículos, para contar que los fariseos le preguntaron a Juan si él era el Mesías, Elías o el profeta, que Juan bautizó a la gente en agua, que presentó a Jesús como el Cordero de Dios junto con la paloma que descendió y reposó sobre Él, y que el Señor atrajo cinco discípulos que le siguieron, y que el Señor le cambió el nombre a uno de ellos. Sin embargo, Juan usó muchos más versículos. ¿Con qué propósito? Muy pocos cristianos han visto la intención que tenía Juan al escribir los versículos del 19 al 51. Por lo tanto, debemos dedicar tiempo para considerar esto.

A. La gente religiosa esperaba un gran líder

Si usted lee todo el Evangelio de Juan, descubrirá que la religión es lo que más se opuso a Cristo. Nada le causó más problemas ni lo obstaculizó tanto como la religión judía. La religión es el enemigo de Cristo. Impide que Cristo sea vida para el hombre. Al final, la religión sentenció a Cristo a muerte. El sistema político de los romanos no fue responsable de ello, ya que bajo la dirección de Pilatos, era muy débil para hacerlo. La religión judía utilizó el sistema político romano para sentenciar a Cristo. Por lo tanto, Juan nos muestra en su evangelio que la mayor oposición contra Cristo como vida proviene de la religión. Por esto en el capítulo uno él usó muchos versículos para describir la deplorable situación religiosa. La intención de Juan era presentar la lastimosa condición de la religión.

Los versículos del 19 al 25 revelan el concepto de los religiosos, el cual va totalmente en contra del pensamiento divino. Los religiosos esperaban un gran líder, alguien como el Mesías, Elías o el profeta (conforme a las Escrituras: Dn. 9:26; Mal. 4:5; Dt. 18:15, 18). El concepto religioso consiste en buscar a grandes personas como el Mesías o a un gran profeta como Elías. Los religiosos siempre buscan un gran líder que lleve a cabo portentos y milagros, para que los salve y los libere. Por lo tanto, los líderes judíos enviaron mensajeros para que le preguntaran a Juan el Bautista si él era el Mesías. Por supuesto, Juan contestó que no. Entonces le preguntaron si era Elías, y también contestó que no. En el capítulo 18 de Deuteronomio, Moisés le prometió a Israel que vendría un gran profeta. Y desde ese día que se dio la promesa Israel siempre esperó la venida de tal profeta, así que cuando Juan el Bautista apareció, le preguntaron si él era aquel. No obstante, Juan contestó que no era el profeta. Podemos ver que este principio aún está presente en la situación religiosa actual. La gente en todas partes siempre busca grandes predicadores que sean famosos. Los religiosos de hoy, igual que los fariseos, escribas y sacerdotes principales, no buscan la vida; sino movimientos grandes y un gran líder. Aunque ellos esperan un líder que los anime, después de que éste viene y se va, ellos permanecen en su mortandad.

El contraste presentado en esta porción del Evangelio de Juan es muy impresionante. Ya vimos que los religiosos estaban esperando a un gran líder y que le preguntaron a Juan el Bautista si él era el Mesías, Elías o el profeta. Cuando él repetidas veces les dijo que no, entonces finalmente le preguntaron: “¿Quién eres? ¿Qué dices de ti mismo?”. Juan contestó: “Yo soy la voz de uno que clama en el desierto”. ¿Qué es una voz? No es nada; usted la escucha y se desvanece. No se puede tocar. Tal parece que Juan decía: “Yo no soy nadie. Soy sólo una voz. Yo no soy el Mesías ni Elías, ni el profeta”. Los religiosos estaban decepcionados, ¿qué les podían decir a los que los habían enviado? Es posible que le dijeran a Juan: “¿Regresaremos a los que nos enviaron y les diremos que tú dices que eres sólo una voz? ¿Qué es esto? Esto no tiene sentido”. Y así es, para la religión, la vida no tiene sentido.

(Estudio-vida de Juan, capítulo 4, por Witness Lee)