PELAR LA OPINIÓN
Necesitamos un ejemplo que nos demuestre que cuando permanecemos en nuestro espíritu, nuestra opinión es pelada. Supongamos que soy una persona que fácilmente tiene opiniones. Por supuesto que a todos nos es fácil tener opiniones. Los únicos que no tienen opinión son los objetos inanimados tales como las sillas. Una silla no tiene opinión. Pero una persona viviente, con un cuerpo físico viviente siempre tiene una opinión. En realidad nuestro ser caído es sólo la corporificación de la opinión. Ninguna persona está libre de opinión. Algunos expresan su opinión con rapidez, y otros con lentitud. Algunos siempre expresan sus opiniones; y otros tienen muchas opiniones, pero no las expresan. Puede ser que no la expresen debido a su experiencia o a su manera de ser, pero esto no significa que ellos no tengan opinión. Ellos tienen mucha opinión, pero no son muy expresivos. Ellos mantienen sus opiniones escondidas, pero éstas siguen ahí. Cuando se expresa una opinión, causa daño a los demás; pero cuando no se expresa y permanece oculta en uno, lo daña a uno mismo. Muchos buenos hermanos y hermanas entre nosotros, han sido aniquilados porque ocultan su opinión. Tal vez consideremos que aquellos que expresan su opinión con tanta facilidad son personas algo problemáticas, mientras que aquellos que nunca expresan su opinión son buenos hermanos y buenas hermanas. Sí, ellos son buenos hermanos y buenas hermanas, pero todo el tiempo están cometiendo un tipo de suicidio espiritual. El único punto favorable es que ellos no matan a otros. Mas en su bondad ellos se matan a sí mismos. El punto es que nadie está libre de opinión.
Durante los pasados cincuenta años he tenido la experiencia de haber sido iluminado y también he experimentado muchas cirugías. Pero de acuerdo con mi experiencia, la única manera efectiva para tratar con nuestras opiniones es permanecer en el espíritu. Incluso el hecho de permanecer en nuestro espíritu no significa que nuestra opinión será completamente desarraigada o removida. Yo no tengo esa experiencia. Pero cuando permanecemos en el espíritu, algo de nuestra opinión espontáneamente será pelada. No sólo ya no expresamos nuestra opinión, sino que además dejamos que nuestra opinión se vaya. Así es como se “pela” la opinión.
(Entrenamiento de perfeccionamiento, capítulo 8, por Witness Lee)