Entrenamiento de perfeccionamiento, por Witness Lee

VIVIR A CRISTO PARA EDIFICAR EL CUERPO

En el recobro del Señor el deseo de Dios está aun más que claro para nosotros. Nosotros hemos visto el propósito eterno de Dios, Su intención suprema. Sabemos que Dios quiere que vivamos a Cristo para que el Cuerpo pueda ser edificado. Aunque éstas son palabras sencillas, todos debemos entender que nada es más crucial en la Biblia que estos dos puntos. Cuando yo era joven y buscaba al Señor, me indicaron que debía ser un vencedor, y me enseñaron y me ayudaron en ese respecto. Me ayudaron a vencer el pecado, el mundo y la carne. Me fue dicho cómo ser santo y se me instruyó cómo ser espiritual. De acuerdo con nuestras experiencias estos puntos son buenos, pero éstos no son los puntos cruciales y centrales de la Biblia. Los puntos centrales de la Biblia son que necesitamos vivir a Cristo y que el Cuerpo necesita ser edificado. Si usted examina su condición espiritual desde la perspectiva de vencer, de la santidad o de la espiritualidad, usted puede estar satisfecho en cierta medida. Pero si usted compara su condición espiritual con el vivir de Cristo y con la edificación del Cuerpo, usted ciertamente no estará satisfecho. Hablando en términos de su experiencia, en cierto modo usted puede vencer y, aun así, no vivir a Cristo. Usted puede ser santo en cierta medida y, sin embargo, no vivir a Cristo. Usted puede ser aun muy “espiritual” y no vivir mucho a Cristo.

Es más, usted puede ser todas estas cosas, pero no se interesa por el Cuerpo. Quizás usted no tenga la más mínima parte en la edificación del Cuerpo. En los pasados cincuenta años yo he visto muchas personas espirituales. He contactado a casi todos los gigantes espirituales durante el medio siglo pasado, ya sea directamente o al leer sus escritos. En 1958 fui invitado a un lugar muy espiritual. Después que estuve ahí por un tiempo, tres de las cinco personas responsables se me acercaron para quejarse de la carencia de edificación que tenían. Es posible ser vencedor, santo y “espiritual”, y no tener aún mucha experiencia en cuanto a vivir a Cristo y la edificación del Cuerpo. Quizás usted vence el pecado hasta cierta medida; con todo, vive muy poco a Cristo. Y en lo que atañe a la edificación del Cuerpo, su experiencia es nula. Por cuanto hemos recibido esta luz en el recobro, de que Dios quiere que vivamos a Cristo y que el Cuerpo sea edificado, no creo que muchos de entre nosotros se consideren espirituales. Si examinamos nuestra condición espiritual conforme a esta norma, estamos acabados. La medida en que vivimos a Cristo no es grande, y la medida de la edificación del Cuerpo no es grande. Ahora les preguntaré a los dos hermanos en la plataforma que nos digan por qué nosotros no vivimos a Cristo. Hemos estado aquí por muchos años; contamos con los Estudios-vida de tantos libros de la Biblia, y aun así no vivimos a Cristo y tampoco estamos muy edificados. ¿Por qué? Les pedimos a estos dos hermanos que se abran a nosotros y consideren cuál es el aspecto que les impide, los restringe y evita que tengan una mayor experiencia de Cristo. ¿Qué les impide tener una mayor edificación del Cuerpo?

En unas cuantas palabras, yo diría que la razón es que estoy tan ocupado con Satanás, no de una manera pecaminosa,sino que todo mi ser está constituido con un elemento que no es Cristo. Y esto hace que yo no sienta hambre ni busque la luz. Hay una parte en mí como ésta, y yo estoy de su lado. Muy a menudo concuerdo con ella y permito que siga su camino. No me opongo ni ofrezco resistencia. Pasivamente le permito hacer su gusto, porque yo soy “espiritual”. Estoy esperando que Dios haga algo al respecto. Muchas veces reconozco que Cristo está ausente y no hay ninguna edificación, pero yo no me resisto. Esto es todo lo que puedo decir.

Muy bien, ahora es su turno.

Hermano Lee, francamente estoy contento que usted me haya hecho esta pregunta. La semana pasada había estado pensando bastante en esto, y aún esta mañana oré al respecto. He estado orando-leyendo Mateo durante mi vigilia matutina,y esta mañana leí los versículos de Mateo 6 acerca de ofrendar y orar en público. Empecé a abrirme al Señor sobre este asunto de la peculiaridad; vi que yo había estado ocupado a diario, aun momento a momento, con algo que no era Cristo. No es pecado y no es el mundo, sino la peculiaridad; vi que las personas del reino no deberían hacer algo simplemente para obtener el reconocimiento de otras personas.

Permítanme decirles esto: lo que ustedes han hablado es muy confuso. El factor que los frustra a ambos de vivir a Cristo y de ser edificados en el Cuerpo, no es Satanás. Tampoco se relaciona con el deseo de ser reconocidos que se menciona en Mateo. Ustedes necesitan que su entendimiento sea rescatado de todos estos asuntos. Afirmar que Satanás lo ocupa es una excusa falsa. Yo debo decirles enfáticamente que ninguno de estos asuntos es el factor frustrante. El factor frustrante en su interior que les impide vivir a Cristo y ser edificado en el Cuerpo es simplemente la peculiaridad. No le echen tanto la culpa a Satanás; Satanás no hizo mucho. Vuestras peculiaridades lo hicieron todo.

(Entrenamiento de perfeccionamiento, capítulo 11, por Witness Lee)