Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 099-113), por Witness Lee

CC. PORTADORES DE INCIENSO

1. Propagan la fragancia de Cristo en Su desfile triunfal al ejercer el ministerio del Nuevo Testamento

Al mismo tiempo que somos cautivos en el desfile triunfal de Cristo, también somos portadores de incienso. En 2 Corintios 2:14b Pablo dice que por medio de nosotros Dios manifiesta en todo lugar el olor del conocimiento de Cristo. Esto indica que nosotros, como cautivos que han sido capturados y conquistados para pertenecer al séquito del triunfo de Cristo, somos portadores de incienso, los que propagan el olor del conocimiento de Cristo en Su ministerio victorioso como en un desfile triunfal. Los creyentes son tales portadores de incienso en su ministerio de Cristo así como también son cautivos en el séquito de Su triunfo. Con respecto a la frase el olor de Su conocimiento, Vincent dice: “Según el griego, las palabras olor y conocimiento están en aposición, de modo que el conocimiento de Cristo es simbolizado como un olor que trasmite su propia naturaleza y eficacia a través de la obra del apóstol”. Por tanto, nuestro excelente conocimiento de Cristo se convierte en olor grato.

Debido a que fuimos capturados, subyugados, poseídos y conquistados por Cristo, Él tiene libertad para saturarnos con Su fragancia. Como resultado de ello, llegamos a ser un grato olor que propaga Su dulce fragancia. La metáfora de los portadores de incienso nos muestra esto. Como cautivos de Cristo, estamos siendo saturados con Su fragancia. De este modo, los cautivos en Su desfile se convierten en portadores de incienso.

En realidad, propagar el incienso de Cristo equivale a vivir a Cristo. El Cristo que vivimos tiene incienso e, incluso, Él mismo es este incienso. Por tanto, cuando propagamos el incienso de Cristo, propagamos a Cristo mismo. Alabamos al Señor que es posible para nosotros ser aquellos que propagan el incienso de Cristo. Cuando hayamos sido capturados, subyugados y guiados, propagaremos el incienso de Cristo.

2. Somos grato olor para Dios, el cual es de vida y para vida a quienes son salvos, y es olor de muerte para muerte a quienes perecen

La propagación de Cristo como incienso tiene cierto efecto: es asunto de vida o muerte. Para los escogidos de Dios, la propagación del incienso tiene por resultado la vida; pero para otros, tiene por resultado la muerte. Este asunto reviste gran seriedad. En 2 Corintios 2:15 Pablo dice: “Para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que perecen”. Los apóstoles, estando impregnados de Cristo, llegan a ser fragancia de Cristo. Ellos no son meramente grato olor producido por Cristo, sino que Cristo mismo es la fragancia que su vida y obra emanan delante de Dios, tanto para aquellos que son salvos como para los que perecen.

En el versículo 16 Pablo añade: “A éstos olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?”. Las frases para muerte y para vida significan “que da por resultado la muerte” o “que da por resultado la vida”. Esto se refiere al efecto que el ministerio de los apóstoles tenía en diferentes personas. ¡Es asunto de vida o de muerte! Sólo los cautivos de Dios en Cristo, quienes son saturados de Cristo por el Espíritu, son competentes y aptos para esto.

(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 099-113), capítulo 13, por Witness Lee)