CONTINUAR COMIENDO A CRISTO
COMO EL ARBOL DE LA VIDA
En una iglesia tan buena, tan ordenada y tan formal como la iglesia en Efeso, necesitamos primero vencer la pérdida de nuestro primer amor. La segunda cosa que necesitamos es seguir comiendo a Cristo como el árbol de la vida. En la carta a los Efesios el Señor dice: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios” (Ap. 2:7b).
El Señor Jesús nos mandó que venciéramos el abandono del primer amor y que siguiéramos comiendo a Cristo como el árbol de la vida. Si le damos la preeminencia a Cristo en todas las cosas y le disfrutamos cada día como el árbol de la vida, seremos unos cristianos vencedores maravillosos. Cuando disfrutamos a Cristo como el árbol de la vida, tenemos el Paraíso de Dios. En Génesis, en el huerto de Edén, vemos por primera vez el árbol de la vida. El huerto de Edén era el Paraíso de Dios en ese tiempo. Hoy nuestro paraíso es la vida de iglesia.
He estado en la vida de iglesia por sesenta años, desde el año 1932, por lo tanto tengo mucha experiencia en la vida de iglesia. Si usted no le da la preeminencia al Señor ni le disfruta, aunque sea por un mes, la vida de iglesia se le convertirá en un lugar desagradable. Por supuesto, es posible que usted no lo diga, pero dentro de usted pensará que no hay nada bueno en la vida de iglesia. Entonces la iglesia ya no será un paraíso para usted. Pero cuando venza la pérdida del primer amor y siga comiendo a Cristo y disfrutando al Señor, inmediatamente la vida de iglesia llegará a ser un paraíso para usted. Así que, nuestro sentir y nuestra actitud hacia la iglesia depende de nuestra situación. Si le damos al Señor la preeminencia en todas las cosas y le disfrutamos como el árbol de la vida durante todo el día, inmediatamente la iglesia, no importa cuál sea su condición, llegará a ser un paraíso para nosotros. Esta es la razón por la cual el Señor dice que tenemos que comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios.
Por supuesto, el paraíso de Dios en Apocalipsis 2:7 realmente se refiere a la Nueva Jerusalén en el reino milenario. Si disfrutamos al Señor en esta era, seremos recompensados con el árbol de la vida, que es Cristo mismo, en la Nueva Jerusalén como el Paraíso de Dios en el reino milenario. Necesitamos permanecer en el disfrute del suministro de vida de Cristo en la vida de iglesia actual para que seamos recompensados con el disfrute de Cristo como el árbol de la vida en el Paraíso de Dios, la Nueva Jerusalén, en el reino milenario. En la Nueva Jerusalén en su frescura como Paraíso de Dios, participaremos del pleno disfrute del rico suministro de la vida de Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno procesado y consumado.
(Vencedores, Los, capítulo 2, por Witness Lee)