Vencedores, Los, por Witness Lee

I. VENCER LA TENDENCIA A NO GUARDAR LA PALABRA DEL SEÑOR

La iglesia ha estado en este mundo por más de diecinueve siglos. En el día de Pentecostés tres mil personas fueron salvas y bautizadas, y esto dio inicio a la vida de iglesia (Hch. 2:41). Todos ellos recibieron el derramamiento del Espíritu Santo. Luego empezaron a reunirse en sus casas, y perseveraban en la comunión y en la enseñanza de los apóstoles (v. 42). La enseñanza de los apóstoles es la palabra del Señor. Ellos perseveraban día y noche en dos cosas: la comunión y la enseñanza de los apóstoles. Sin duda, eran muy estrictos en guardar la palabra de Dios.

Eso fue maravilloso; no obstante, desde ese día, esa clase de esmero estricto por guardar la palabra de Dios se debilitó. ¿Cuántos cristianos en estos días guardan la palabra de Dios estricta, continua y diariamente? Es difícil encontrar a alguien que guarde la palabra del Señor de esta manera. Entre los cristianos de estos días hay una tendencia a no guardar la palabra del Señor. Tienen la Biblia; sin embargo, ésta permanece, en la mayoría de los casos, en los libreros. Muchos de ellos ni siquiera llevan consigo su Biblia cuando van al culto dominical.

A. En el catolicismo la palabra del Señor es hecha a un lado y cerrada con llave

En el catolicismo la palabra del Señor es hecha a un lado y, como si fuera poco, cerrada con llave. Los que están en el catolicismo sostienen que los llamados laicos no están calificados ni tienen la capacidad para entender la Palabra santa. Así que, ellos piensan que deben dejar que el papa, los cardenales, los arzobispos, los obispos y los sacerdotes estudien la Biblia, la entiendan y la interpreten. A ellos no les preocupa lo que la Biblia diga, sino lo que el papa diga, lo que su iglesia diga. De acuerdo con Apocalipsis 2:20, ellos guardan la herejía de la enseñanza de la profetisa Jezabel, quien tipifica a la Iglesia Católica de hoy, y es la mujer mencionada en Mateo 13:33, la cual leudó toda la enseñanza acerca de Cristo. Esta es la actitud del catolicismo hacia la palabra de Dios.

B. En el protestantismo la palabra del Señor está abierta, pero no se guarda con absoluta entrega

En el protestantismo la palabra de Dios está abierta; sin embargo, no se guarda con absoluta entrega (Ap. 3:2). Desde el tiempo de Martín Lutero, la Biblia fue liberada; sin embargo, no fue abierta al entendimiento de las personas. Hoy en día, no se guarda de una manera absoluta. Es muy escaso encontrar un cristiano que tema y tiemble al tratar con la Palabra de Dios.

Muchas veces algunos cristianos dicen: “Yo sé lo que dice la Biblia, pero...”. Siempre hay un “pero” en su actitud hacia la Palabra de Dios. Nosotros no debemos decir “pero” a la Palabra de Dios. Eso es una gran ofensa para el Señor. El Señor dice: “Niégate a ti mismo” (Mt. 16:24). Nosotros decimos: “Pero yo no puedo hacerlo”. El Señor dice: “Amaos los unos a los otros” (Jn. 13:34). Nosotros decimos: “Señor Jesús, quiero amar a todos Tus creyentes, pero algunos de ellos no son muy agradables”. Necesitamos ser corregidos por el Espíritu y no decir “pero” al Señor. En lugar de eso debemos decir: “Sí, Señor”.

Tenemos un himno en nuestro himnario que dice: “Para el Mi palabra al enemigo es: ‘No’, Mas al Padre digo: ‘Amen’” (Himnos, #396). Tenemos que aprender a decir todo el tiempo “sí” al Padre y “no” al diablo. Pero a menudo nuestra experiencia es lo opuesto. Decimos “no” al Padre y “sí” a Satanás. Cuando las hermanas ven en el periódico algo que está de venta, hay una lucha dentro de ellas. Algo dentro de ellas las impulsa a ir a comprarlo, pero algo por dentro les dice que no vayan. Por lo tanto, ellas tienen que decidir qué decir. ¿Dirán “no” a Satanás y “sí” al Padre? Ellas quizás digan: “Señor, te pido que me des la libertad de ir esta vez. No lo volveré a hacer”. Todos tenemos esta misma “enfermedad”. Leemos la Biblia, pero ¿guardamos lo que la Biblia dice? Debemos ser aquéllos que guarden la palabra del Señor con absoluta entrega.

C. En el recobro la palabra del Señor es guardada con una entrega absoluta

En el recobro la palabra del Señor es guardada con una entrega absoluta, a pesar de la “poca fuerza” que tenemos (Ap. 3:8b). El Señor alabó a la iglesia en Filadelfia diciendo que ellos guardaron Su palabra a pesar de la poca fuerza que tenían. Hoy, sobre esta tierra es difícil encontrar a alguien que sea fiel a la palabra de Dios cada día, menos aún cada momento. Hoy tenemos que vencer la corriente de no guardar la palabra del Señor.

En el recobro, la palabra del Señor es guardada con una entrega absoluta. Si no guardamos la palabra del Señor de una manera absoluta, no estamos en el recobro. Tenemos que guardar la palabra del Señor, a pesar de la “poca fuerza” que tengamos. Debemos guardar la palabra del Señor tanto como podamos. Por medio de la Biblia y por mi experiencia he aprendido que el Señor es justo. El Señor nunca “exige demasiado” de nosotros. El nunca nos pedirá algo que nosotros no podamos. Debemos tener paz, y decirle siempre “sí”.

He aprendido la lección de decir siempre “sí” al Señor, no obstante, después de que digo “sí”, digo: “Señor, quiero guardar Tu palabra, pero Tú sabes que soy débil”. El Señor entonces me reprende: “No me digas que eres débil. Sé que eres débil, pero Yo soy Tu gracia, y Mi gracia es suficiente para que tú guardes Mi palabra”. Necesitamos volvernos por completo a la palabra del Señor, y guardarla con una entrega absoluta por medio del Señor quien es nuestra gracia suficiente.

(Vencedores, Los, capítulo 5, por Witness Lee)