II. VENCER LA CORRIENTE
DE NEGAR EL NOMBRE DEL SEÑOR
Hoy en día hay una fuerte tendencia a no guardar la palabra del Señor, y también hay una marcada corriente a negar el nombre del Señor. Hoy las iglesias protestantes han tomado muchos nombres que no son el nombre del Señor Jesucristo.
A. La Palabra del Señor es Su expresión;
el nombre del Señor denota Su persona
La palabra del Señor es la expresión del Señor, y el nombre denota Su persona. La iglesia recobrada no sólo ha vuelto de una manera plena a la palabra del Señor, sino que también ha abandonado todos los nombres que no sean el nombre del Señor Jesucristo.
B. En el protestantismo está
la fuerte corriente de negar el nombre del Señor
En el protestantismo hay una fuerte corriente de negar el nombre del Señor al reemplazarlo con muchos otros nombres, tales como Luterano, Metodista, Bautista, Presbiteriano, etc. Muchos cristianos dicen que van a la Iglesia Luterana, a la Iglesia Metodista o a la Iglesia Presbiteriana. También existe la Iglesia Episcopal, la Iglesia Anglicana y la Iglesia de Inglaterra. La palabra episcopal proviene de la palabra latina episcopus, que significa “obispo”. La Iglesia de Inglaterra es la iglesia estatal bajo el gobierno de obispos.
Podemos ver que el protestantismo ha reemplazado el nombre único de Cristo con muchos otros nombres. Hoy es muy fácil que la gente establezca una iglesia y le dé un nombre. Hay muchas iglesias chinas en California con muchos nombres diferentes al nombre de Cristo. Una denominación dice llamarse la Iglesia Presbiteriana de Taiwán. Otra se llama la Iglesia Evangélica de Taiwán. Denominar a la iglesia con cualquier otro nombre que no sea el del Señor es cometer fornicación espiritual. La iglesia, como una virgen pura desposada con Cristo (2 Co. 11:2), no debe tener otro nombre que no sea el de su Esposo. Todos los otros nombres son una abominación a los ojos de Dios.
Es un asunto serio que una mujer tome otro apellido diferente al de su esposo. Si una mujer está casada con el Sr. Jones, ella no debe decir que es la Sra. Smith. Cuando los creyentes se designan a sí mismos con otro nombre que no es el de Cristo, muestran que están tomando como esposo a alguien o algo que no es Cristo. Si la Sra. Jones dice ser la Sra. Smith, esto significa que ella tiene dos maridos. La iglesia es una virgen pura desposada con Cristo, así que la iglesia es la esposa de Cristo, y Cristo es el Marido. Una esposa debe tener un solo esposo, y el apellido de su esposo llega a ser su apellido. Desde el día de su boda, ella pertenece a su marido, y su apellido debe ser el apellido de su esposo. No obstante, hoy las llamadas iglesias usan otros nombres que reemplazan a Cristo. Esto es un gran insulto para Cristo.
Al principio del siglo diecinueve, algunos hermanos de Inglaterra fueron levantados por el Señor y abandonaron todos esos nombres divisivos. Ellos guardaron un solo nombre, o sea el nombre del Señor Jesucristo. Con el tiempo, otros no supieron cómo denominarlos, así que los llamaron “Los Hermanos”. Esto se debió a que ellos decían ser “hermanos”.
Cuando fuimos establecidos por el Señor en China, nos dimos cuenta de que no debíamos denominarnos con ningún nombre. Una denominación es un grupo de cristianos que se han denominado con cierto nombre, como por ejemplo, Luterano, Wesleyano, Anglicano, Presbiteriano, Bautista, etc. Ellos no se dan cuenta de que esto es un insulto para Cristo. Hablando con propiedad, eso es fornicación espiritual. Si el nombre de nuestro Esposo es Cristo, y tomamos el nombre de Luterano, eso significa que estamos tomando otro marido.
Además, los muchos nombres que ha tomado el protestantismo de hoy claramente implican divisiones. La iglesia recobrada sólo tiene el nombre del Señor Jesucristo. Todo grupo que toma un nombre que no es el de Cristo es una división. Cristo es único y no está dividido; sin embargo, todos los diferentes nombres son muy divisivos. En 1 Corintios Pablo dijo: “Cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Está dividido Cristo?” (1:12-13a). Esto es exactamente lo mismo que decir: “Yo soy Luterano”, “yo soy Wesleyano”, “yo soy Presbiteriano”, “yo soy Episcopal”, etc. Tales designaciones deben ser condenadas y rechazadas. Además, decir: “Soy de Cristo” en una forma que excluya a los apóstoles y sus enseñanzas o a otros creyentes; es tan divisivo como decir “soy de” esto o aquello. Las divisiones sólo pueden ser eliminadas y terminadas al tomar a Cristo como el único centro entre todos los creyentes. El hermano Watchman Nee en su libro titulado Pláticas adicionales sobre la vida de la iglesia dijo que es posible que quienes están en las denominaciones digan que se aman unos a otros, pero ellos “se dan la mano sobre las cercas” de sus denominaciones (véanse las págs. 96-108). Debemos vencer y derribar todas las “cercas” para poder tener comunión en el Cuerpo de Cristo en unidad.
(
Vencedores, Los, capítulo 5, por Witness Lee)