CUATRO MODOS EN QUE JUAN HABLA
EN EL EVANGELIO DE JUAN
EN CUANTO A RECIBIR LA VIDA ETERNA
En el Evangelio de Juan se habla de recibir la vida eterna de cuatro modos. Primero, Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree ... tenga vida eterna”. Luego, Juan 3:14-15 dice: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en El cree, tenga vida eterna”. Y Juan 6:54 dice: “El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna”. Finalmente Juan 3:36 dice de manera sencilla: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna”. Estos cuatro pasajes nos muestran que Dios nos amó para que obtuviéramos Su vida eterna; el Señor, como serpiente de bronce, fue levantado en la cruz para quitar de en medio a la antigua serpiente, Satanás, a fin de que obtuviéramos la vida eterna de Dios; comemos la carne del Señor y bebemos Su sangre para ser redimidos y disfrutar todo lo que el Señor Jesús nos dio en vida: todo esto tiene como fin que obtengamos la vida eterna de Dios; y finalmente, creemos en el Señor para obtener la vida eterna de Dios.
La vida eterna revelada en la Escritura santa es llamada por los cristianos en general la vida que perdura para siempre. Según su entendimiento, recibir la vida que perdura para siempre significa que un día todos iremos al cielo para disfrutar las bendiciones y la felicidad para siempre. Cuando oía estas cosas como joven, no estaba satisfecho. Con el tiempo, llegué a saber que la vida que perdura para siempre es la vida eterna, la cual es la propia vida de Dios. Esta vida es Dios mismo. Dios nos ama para que le recibamos como nuestra vida eterna. El Señor Jesús como serpiente murió por nosotros en la cruz y derrotó a Satanás para que nosotros pudiéramos recibir a Dios como vida eterna. El sacrificó Su vida y derramó Su sangre para que nosotros recibiéramos a Dios como vida eterna. Hablando en términos sencillos, creemos en el Señor para poder recibir a Dios como nuestra vida eterna.
(
Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, El, capítulo 2, por Witness Lee)