EL PASTOREO
El segundo paso de
la obra salvadora orgánica del Dios Triuno
Ahora veremos el pastoreo en la obra salvadora orgánica de Dios. Después de que los creyentes son regenerados y reciben a Dios como su vida eterna, todavía necesitan recibir el pastoreo en la vida de Dios. Dios el Padre de la Trinidad Divina, en Su obra salvadora orgánica, primero nos regenera por Dios el Espíritu y luego nos pastorea en Dios el Hijo, nuestro Pastor, para que crezcamos y permanezcamos en Su vida por la eternidad. Este es el segundo paso en la obra salvadora orgánica del Dios Triuno.
El pastoreo incluye la alimentación
El pastoreo incluye la alimentación, tal como una madre que amamanta a un niño para que éste crezca, como se menciona en 1 Pedro 2:2. De esta manera el Señor comisionó a Pedro a apacentar a Sus corderos y pastorear Su rebaño (Jn. 21:15-17). El también levantó a algunos como Pedro para que fueran sus pastores delegados que apacientan a Sus corderos y pastorean Su rebaño (Ef. 4:11; 1 P. 5:1-4).
En 1 Pedro 2:2 dice: “Desead, como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño...” Recuerdo mi experiencia, y fue exactamente así. Me encantaba leer libros, y lo hacía con diligencia. Cuando fui salvo, empecé a amar la Biblia y disfrutaba leer la palabra de Dios. Cuando la leía, era iluminado y percibía su dulzura incomparable. En ese entonces no estaba casado. Amaba la Biblia tanto que cada noche después de orar arrodillado al lado de mi cama, no ponía la Biblia en su lugar. En vez de eso, llevaba la Biblia conmigo a la cama y la ponía junto a mi almohada. Después de leerla un poco más a la luz de la lámpara, me sentía muy bien. Cuando me despertaba en la mañana, pronto recogía la Biblia y la leía. Por supuesto, al considerarlo de nuevo, reconozco que fue una gracia que Dios me dio. Al amar la Biblia y al anhelar la leche de la palabra, recibí la alimentación y el pastoreo del Señor.
Además, en Cantar de Cantares el Señor instruye a Su amada a seguir en las pisadas de Su rebaño y a estar donde El pastorea Sus ovejas (Cnt. 1:7-8). También pastorea Su rebaño entre los lirios, es decir, entre los que buscan del Señor y que llevan una vida en la cual confían en Dios con un corazón puro (2:16; 6:3).
El Señor es la vida y el buen Pastor
El Evangelio de Juan nos dice no sólo que el Señor es la vida (11:25; 14:6), sino también que es el buen Pastor que vino para que tuviéramos la vida y la tuviéramos en abundancia (10:10-11). El mismo también es nuestro pasto para que lo comamos libremente y seamos nutridos por El (10:9).
Hace de los creyentes judíos
y los creyentes gentiles un solo rebaño
bajo Su pastoreo
Además, el Evangelio de Juan nos dice que el Señor, como buen Pastor, iba a poner Su vida para hacer de los creyentes judíos y los creyentes gentiles un solo rebaño bajo el pastoreo de Sí mismo como el Pastor (10:14-16).
El Señor es el Príncipe de los pastores
y el gran Pastor
Los creyentes a través de las generaciones han estado bajo el pastoreo del Señor como buen Pastor (1 P. 2:25). El, como Príncipe de los pastores (5:4) y gran Pastor del rebaño de Dios (He. 13:20), nos pastoreará por la eternidad siendo el Cordero de Dios, y nos guiará a manantiales de agua de vida para que seamos eternamente satisfechos, sin sed ni hambre (Ap. 7:16-17). Con esto El efectúa una gran parte de la obra salvadora orgánica de Dios.
Todos fuimos regenerados y estamos bajo el pastoreo del Señor, quien es el buen Pastor. Así que, participamos de la vida de Dios y somos nutridos y crecemos hasta llegar a la madurez en ella (Ef. 4:13b; Col. 1:28), manifestando así la función de la vida de Dios en nosotros para que se cumpla la economía eterna de Dios y se efectúe el propósito eterno de Dios.
(
Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, El, capítulo 2, por Witness Lee)