Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, El, por Witness Lee

LA TRANSFORMACION

En los mensajes anteriores vimos la obra salvadora orgánica de Dios en la regeneración, el pastoreo, la santificación de la forma de ser y la renovación. En este mensaje veremos la transformación y la edificación.

La transformación es la función metabólica de la vida de Dios que está en los creyentes

La transformación no es un cambio ni una enmienda externa, sino la función metabólica de la vida de Dios que mora en los creyentes. La transformación no consiste en que seamos corregidos de forma externa; más bien, es la función del metabolismo en nuestro interior, que se manifiesta exteriormente. Esto se expresa en una línea del nuevo himno compuesto para esta conferencia: “Que se manifieste el metabolismo vital”.

Supongamos que una persona está desnutrida y se ve flaca y enferma. Dicha persona no puede mejorar su aspecto meramente aplicándose maquillaje. Más bien, necesita recibir una buena alimentación; sólo entonces su estado físico mejorará y su semblante espontáneamente se verá sonrosado. Lucas 15 nos dice que cuando el hijo pródigo regresó a casa, le pusieron una vestidura para cubrirlo, pero todavía se veía flaco y enfermo. La vestidura no era suficiente; era necesario que se alimentara del becerro gordo por algunos días. Cuando el metabolismo empezó a obrar en él, naturalmente se puso fuerte y mejoró su semblante. Así pues, la belleza que se obtiene al aplicar cosméticos no es una belleza auténtica; sólo lo que se expresa exteriormente como resultado del metabolismo interior es la salud auténtica y la belleza verdadera.

Si los creyentes están dispuestos a crecer en la vida divina, el elemento de la vida divina aumentará en ellos y se producirá un cambio metabólico. Por tanto, su forma de ser interior sera transformada, y aun su porte exterior será transformado y será conformado a la imagen del Señor. Esto no es un refinamiento moral al examinarse y corregirse el camino uno mismo, como se enseña en el confucianismo en China. Eso es el refinamiento moral del hombre mismo. Cuando somos transformados a la imagen del Señor al mirarlo, esto no es el resultado de refinarnos, sino que es el Señor Espíritu, el Espíritu vivificante que el Señor Cristo llegó a ser en Su resurrección, es el que actúa en nosotros para efectuar un cambio metabólico al añadir a nosotros el elemento de la vida divina (2 Co. 3:18). Esto es una transformación efectuada por el mover y la obra del Señor Espíritu y la vida divina en nosotros.

(Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, El, capítulo 4, por Witness Lee)