Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, El, por Witness Lee

LA REGENERACION

La regeneración es el centro de la obra salvadora completa de Dios y el comienzo de esta obra en su aspecto orgánico

No es fácil hablar de la verdad en cuanto a la regeneración como asunto orgánico ni es fácil entenderla. Cuando creí en el Señor, yo tampoco sabía qué era la regeneración. Cuando fui a preguntar a los pastores chinos, la mayoría de ellos dijeron que la regeneración significa que todo lo del pasado murió y todo lo futuro nace hoy. Un día cuando estaba en una reunión de la Asamblea de los Hermanos, noté que tenían un libro llamado Una explicación válida de la regeneración. Cuando lo vi, me alegré. Conseguí el libro y lo leí rápido. Pero descubrí que el libro no daba una explicación clara en cuanto a la regeneración. Después, leí un libro por el hermano T. Austin-Sparks, en el cual decía que la regeneración significa tener la vida de Dios además de nuestra vida natural. Cuando lo leí fui iluminado grandemente en mi interior. Desde entonces, he sido más y más iluminado. En lo profundo de mi ser sé que Dios tiene un deseo en Su corazón, Su beneplácito, es decir, obtener un grupo de personas y hacerlas como El, con Su imagen exteriormente y Su vida y naturaleza interiormente.

Regenerar y crear de nuevo a los creyentes en su espíritu por el Espíritu de Dios

¿Cómo logra Dios esto? Por Su Espíritu. Después de arrepentirnos y de creer en el Señor, nuestros pecados fueron perdonados y fuimos reconciliados con Dios. Luego este Dios que nos ama y que es el Espíritu vivificante entra en nosotros para regenerar nuestro espíritu. Juan 3 hace referencia a Nicodemo, un gobernante de los judíos. El se dirigió respetuosamente al Señor Jesús como Aquel que vino de Dios para ser maestro de Israel, y por tanto vino para obtener consejo de El. Pero el Señor Jesús le dijo: “El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (v. 3). Nicodemo no entendió el significado de la regeneración. Pensó que la regeneración significaba que un hombre entra por segunda vez en el vientre de su madre y nace. Así que, le dijo al Señor Jesús: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” (v. 4). Pero la regeneración a la cual el Señor Jesús se refería equivalía a nacer de agua (es decir, de la muerte) y del Espíritu (es decir, de la vida) (v. 5). Luego el Señor dijo: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (v. 6). El primer Espíritu es el Espíritu divino y se refiere a Dios. Dios es Espíritu. Cuando nacemos de El, nacemos del Espíritu y somos espíritu, el segundo espíritu mencionado en Juan 3:6. Esto es ser regenerados.

Por medio de la palabra viva de Dios

En 1 Pedro 1:23 dice: “Habiendo sido regenerados, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre”. Esto nos muestra que somos regenerados por medio de la palabra viva de Dios. La gran mayoría de las personas regeneradas fue regenerada por medio de la palabra de Dios. La palabra de Dios entra como si fuera un gene en nosotros y opera en nosotros. De este modo fuimos regenerados.

A fin de que los creyentes tengan la vida espiritual de Dios

Juan 1:12-13 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Este pasaje nos dice que uno es regenerado al recibir al Señor Jesús creyendo en El. El es el Verbo de Dios (1:1), y también es la luz de Dios (v. 9). Cuando lo recibimos, tenemos la potestad de ser hechos hijos de Dios. Esta potestad es exclusivamente la vida de Dios. Dios nos da Su vida como nuestra autoridad para que lleguemos a ser hijos de Dios. Por tanto, nacemos no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Esta es la regeneración, la cual es un asunto sumamente importante.

Por consiguiente, podemos decir que la regeneración es el centro de la obra salvadora completa de Dios y el comienzo de esta obra en su aspecto orgánico. Es Dios mismo como Espíritu que entra en nuestro espíritu para vivificarnos. En otras palabras, somos regenerados, vivificados, en nuestro espíritu por el Espíritu de Dios. Esta es la regeneración.

Esto es verdaderamente nuestra experiencia. Antes de creer en el Señor Jesús, estábamos tan confundidos que ni siquiera sabíamos qué significaba ser un hombre. Pero después de ser salvos, vimos claramente en nuestro espíritu. Esta es la entrada del Espíritu de Dios en el nuestro para vivificarlo y abrir nuestro entendimiento a fin de que sepamos qué son Dios, el universo y nosotros mismos. Después nos damos cuenta de que este Dios que nos regeneró mora en nuestro espíritu.

Cuando vi que en mí, alguien regenerado por Dios, moraba Dios, me emocioné tanto que casi quería correr a la calle y gritar: “Amigos, no me toquen. No me pueden tocar. Tengo a Dios en mí”. Tal vez algunos digan: “Está loco, ¿verdad?” Sí, todos debemos estar locos porque tenemos a Dios en nosotros. Al ver que tenemos a Dios en nosotros, podemos abandonar lo que antes amamos y lo que no podíamos abandonar en el pasado. Fuimos vivificados en nuestro espíritu por el Espíritu de Dios; El puso Sus genes en nosotros para que tuviéramos Su vida y naturaleza.

Por medio de la regeneración los creyentes tienen la vida espiritual de Dios además de su vida natural (Jn. 3:15). La vida espiritual de Dios es divina y eterna (v. 36). Esta vida es la base y el medio por el cual los creyentes llevan la vida y el proceder espirituales. Espiritualmente, todo nuestro proceder se basa en la vida divina de Dios que está en nosotros.

(Aspecto orgánico de la obra salvadora de Dios, El, capítulo 2, por Witness Lee)