II. EL SEGUNDO PASO DE LA CAIDA
A. El Trasfondo
Después de que Adán y Eva pecaron, se escondieron de la presencia de Dios. Pero Dios vino a buscarlos y prometió que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15). Al oír Adán esto, inmediatamente llamó a su esposa Eva (Gn. 3:20). Eva significa “viviente”. Esto demuestra que Adán creyó la promesa de Dios y recibió el evangelio de Dios. Entonces, Génesis 4:1 dice: “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido un varón, Jehová” (hebreo). Caín significa “adquirido”. Cuando Eva dio a luz a Caín ella declaró: “¡Yo lo he obtenido!” Según el concepto de Eva, Caín fue la simiente de la mujer prometida en Génesis 3:15. Sus palabras en Génesis 4:1 demuestran que ella había creído esa promesa y había recibido el evangelio de Dios.
Con tal trasfondo, el hombre debía haber obtenido la salvación de Dios por la misericordia de Dios. Sin embargo, qué lamentable es que el hombre cayera de nuevo.
B. La Causa
Génesis 4 nos muestra dos clases de ejemplos. Abel fue un ejemplo de uno que creía el evangelio y vivía por el evangelio, mientras Caín fue un ejemplo de uno que se apartó del camino de la salvación de Dios. Este causó el segundo paso de la caída.
1. Lo que Ganó el Diablo
Una razón para que Caín continuara la caída fue que el diablo le había ganado interiormente. En el tiempo de Génesis 4, Satanás ya había entrado en el cuerpo del hombre. Por esto, en la segunda caída del hombre, aparentemente fue Caín quien rechazó las buenas noticias de Dios; en realidad fue Satanás el que le impidió del camino de la salvación de Dios y aun causó que cayera más abajo. Así que, el segundo paso de la caída del hombre fue instigado por el sutil quien había ganado a Caín y obraba dentro de él.
2. La Presunción del Hombre en Abandonar el Camino de Dios para la Salvación
Dios había mostrado al hombre Su camino de salvación: al vestirlo con pieles de corderos de sacrificio (Gn. 3:21). Sin embargo, Caín fue presuntuoso en que él abandonó el camino de Dios para la salvación. El siguió a Satanás y renunció a la salvación de Dios. Esta fue la causa de la caída adicional del hombre.
C. El Proceso
1. Sirviendo a Dios conforme al Camino del Hombre:
Inventando una Religión del Concepto del Hombre
“Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya” (Gn. 4:3-5). Ambos presentaron ofrendas a Dios. Uno ofreció según su propia opinión y el otro ofreció según el concepto de Dios. Abel siguió el camino de la salvación de Dios el cual es ofrecer un sacrificio como su substituto por medio del derramamiento de la sangre. Pero Caín rechazó el camino de Dios en su servicio y su ofrenda; él inventó una religión del concepto del hombre, conforme a sus propias ideas.
2. La Cólera del Hombre
Cuando se enteró de que Dios no miró con agrado a su ofrenda, “se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” (Gn. 4:5). Esto es el resultado de su servicio a Dios conforme a su propio concepto.
3. El Asesinato del Hombre a su Hermano
“Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató” (Gn. 4:8). Caín comenzó con servir a Dios, luego continuó con enojo, y finalmente terminó matando. No es de extrañar que el Señor Jesús diga: “Aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios” (Jn. 16:2). La cuestión no es si servimos a Dios o si cometemos pecado, sino si actuamos conforme al camino de Dios o conforme a nuestra propia opinión. No debemos dar ningún lugar p. nuestros conceptos en ninguna cosa que hagamos.
4. La Mentira del Hombre
y Su Arrogancia para con Dios
“Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” (Gn. 4:9). La respuesta de Caín a Dios no sólo era mentira, sino que también mostró cuán arrogante era. El hombre estaba algo temeroso de Dios después de la primera caída. Pero aquí el hombre se atrevió a mostrar su arrogancia para con Dios.
(
Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo 1, capítulo 5, por Witness Lee)