Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo 1, por Witness Lee

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II. LAS FUNCIONES DE LA BIBLIA

A. Testificar lo concerniente al Señor Jesús

La primera función de la Biblia es testificar lo concerniente al Señor Jesús (Juan 5:39). El Señor Jesús es el sujeto y el contenido de la Biblia; la Biblia es la explicación y expresión del Señor Jesús. El Señor Jesús es la Palabra viviente de Dios; la Biblia es la Palabra escrita de Dios. La Biblia, la Palabra escrita de Dios, debe tener al Señor Jesús, la Palabra viviente, como su realidad; de otro modo, no es nada más que doctrinas y letras vacías. El Señor Jesús, la Palabra viviente, debe tener la Biblia, la Palabra escrita, como Su expresión; de otro modo El es misterioso y difícil de conocer, remoto y difícil de comprender. Sin embargo, ya que existe la explicación clara y definida y una revelación comprensible de las Escrituras, el Señor Jesús puede ser conocido prácticamente y comprendido claramente por los hombres. No solamente cada libro del Nuevo Testamento revela al Señor Jesús, sino también cada parte del Antiguo Testamento, ya sea 1) la Ley de Moisés, 2) los Profetas o 3) los Salmos (éstas son las tres partes mayores del Antiguo Testamento), testifican y hablan lo concerniente al Señor Jesús. Por tanto, si queremos conocer al Señor Jesús, tenemos que leer y entender la Biblia.

B. Hacer a los Hombres Sabios para la Salvación

Las funciones de la Biblia son de dos aspectos: un aspecto sirve al Señor, y el otro aspecto sirve a nosotros. Por un lado, ella testifica del Señor Jesús y, por otro, nos hace recibir la gracia y ser edificados. La primera función de la Biblia para nosotros es hacernos sabios para la salvación (2 Ti. 3:15); nos revela cómo Dios salva los hombres en Cristo, y cómo los hombres pueden ser salvos por la fe, para que conozcamos el camino de la salvación.

C. Hacer que los Hombres Sean Regenerados

La primera función práctica de la Biblia en nosotros es hacer que seamos regenerados (1 P. 1:23). La Biblia es la Palabra del Dios viviente, y contiene la vida del Dios viviente. Cuando recibimos la palabra de las Escrituras dentro de nosotros por fe, la palabra entra en nosotros como una semilla de vida, sembrando la vida de Dios dentro de nosotros; así, tenemos la vida de Dios y somos regenerados.

(Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo 1, capítulo 1, por Witness Lee)