Espíritu con nuestro espíritu, El, por Witness Lee

II. EN EL NUEVO TESTAMENTO EL ESPIRITU ES:

Ahora llegamos al Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, la revelación acerca del Espíritu es más complicada.

A. El Espíritu Santo

El primer título divino usado para el Espíritu en el Nuevo Testamento es el Espíritu Santo. Según el texto griego, el título traducido “el Espíritu Santo” puede estar en dos formas: el Espíritu el Santo o el Espíritu Santo. Según mi modo de entender, esto significa que en la era neotestamentaria, el mismo Dios que es el Espíritu es “el Santo”. Dios es un Espíritu y este Espíritu ahora es totalmente “el Santo”. Ahora estamos en una era en la cual Dios mismo como el Espíritu es “el Santo” para hacer que el hombre no sólo esté separado para El sino también para que sea uno con El. En el Antiguo Testamento, lo más que Dios podía hacer era separar al hombre para Sí, pero no podía ser uno con él. Pero ahora, en la era neotestamentaria, ha llegado el momento en el cual Dios irá más a fondo para hacer que el hombre sea totalmente uno con El, para hacer que el hombre sea El y para El mismo ser hombre. Atanasio, uno de los padres de la iglesia, dijo acerca de Cristo: “El fue hecho hombre para que nosotros pudiéramos ser hechos Dios”. Esto significa que somos hechos Dios en vida y naturaleza, pero no en la Deidad. Este proceso es efectuado por el Espíritu el Santo.

En el Nuevo Testamento, llaman la atención dos títulos divinos del Espíritu: el primero y el último. El primero es el Espíritu el Santo y el último es los siete Espíritus (Ap. 1:4; 4:5; 5:6). El Espíritu el Santo es para hacer al hombre Dios, haciendo que el hombre sea uno con Dios y que Dios sea uno con el hombre. En otras palabras, la era neotestamentaria tiene como fin juntar a Dios y el hombre, para constituirlos juntos a fin de que sean coinherentes (que moren el uno en el otro) para que sean un espíritu (1 Co. 6:17). El hombre y Dios vienen a ser un solo espíritu, una sola entidad. Al final, el Espíritu el Santo tiene que ser intensificado siete veces para ser los siete ojos del Cordero. Dios hizo que todos los seres vivientes tuvieran dos ojos, pero al final el Cordero tendrá siete ojos, y estos siete ojos son los siete Espíritus de Dios, el Espíritu siete veces intensificado.

(Espíritu con nuestro espíritu, El, capítulo 2, por Witness Lee)