EN EL TRONO EN EL ASPECTO ECONOMICO
Y EN LOS CREYENTES EN EL ASPECTO ESENCIAL
Hemos dado un esbozo de la revelación completa que presentan los cuatro evangelios acerca de Cristo. Debemos ver este panorama en nuestro espíritu. En primer lugar, es importante que veamos que el Antiguo Testamento contiene profecías y tipos acerca de Jesucristo. Segundo, debemos ver que El fue concebido en el vientre de una virgen y que al nacer de ella fue constituido un Dios-hombre. Tercero, que El llevó una vida en la cual expresó los atributos divinos en Sus virtudes humanas. Cuarto, que el Señor pasó por la muerte y entró en la resurrección, transformandose así, en el Espíritu que llega a nosotros. Quinto, que en resurrección El se infundió como Espíritu vivificante en Sus discípulos al soplar en ellos; y por último, que ascendió a los cielos, después de haber dado órdenes a los discípulos a que esperasen a que El se derramara sobre ellos como Espíritu económico de poder.
Ya vimos que el Señor Jesús fue concebido, que nació y vivió en la tierra, que murió y resucitó, y que ahora en Su ascensión está en los cielos. Resulta imposible describir a esta persona maravillosa en pocas frases. Se necesitan muchas palabras para definir a Aquel que está en el trono celestial.
Es necesario emplear diferentes palabras para describir al Dios-hombre ascendido. El es el Dios eterno, Jehová el Creador todopoderoso del universo. El fue concebido en el vientre de una virgen, nació de ella y así llegó a ser un Dios-hombre. Luego llevó en la tierra una vida que era la mezcla de Dios con el hombre. Después de efectuar la redención eterna, El salió de la muerte, y en resurrección se hizo el Espíritu vivificante. Luego, en la esfera de la resurrección se infundió en Sus discípulos de manera esencial al soplar en ellos. Después, en el aspecto económico, ascendió al cielo. Por tanto, el Señor Jesús está ahora en los cielos en el aspecto económico como el Cristo glorificado, y en el aspecto esencial, en Sus discípulos como vida. ¡Aleluya por Aquel que está en Sus discípulos de una manera esencial y en el trono en los cielos en el aspecto económico! ¡Que todos tengamos esta visión de nuestro Salvador maravilloso!
¿Dónde está Cristo ahora? Podemos contestar: “En el aspecto esencial, Cristo está en nosotros, y en el económico, está en el trono en los cielos. Nuestro Salvador tiene dos aspectos: el esencial y el económico.”
Muchos cristianos no se dan cuenta de que nuestro Salvador tiene el aspecto esencial y el económico. Según el primero, El mora en nosotros, mientras que conforme al segundo, El está sentado en los cielos. Anteriormente citamos el verso del himno: “¡Ved a Jesús sentado en el cielo!” El Señor Jesús está sentado en el cielo no en Su aspecto esencial, sino en el económico, y al mismo tiempo, El está en nosotros en el sentido esencial. ¡Cuán maravilloso es esto! Esta es la revelación que precede al libro de Hechos.
Necesitamos recibir esta revelación antes de llegar a Hechos, lo cual significa que al empezar el estudio de este libro, debemos haber visto que el Señor Jesús está en el trono en el sentido económico y en nosotros esencialmente.
Después de Hechos tenemos las epístolas. Si queremos entender las epístolas, debemos profundizar en el estudio del libro de Hechos. Si no entendemos correctamente Hechos, tampoco podremos entender las epístolas. Muchos lectores del Nuevo Testamento no entienden debidamente las epístolas porque carecen de una visión clara acerca de Hechos. Por tanto, acudimos al Señor para que nos abra este libro y nos proporcione un panorama claro de lo que en él se revela.
(
Estudio-vida de Hechos, capítulo 1, por Witness Lee)