UN COJO ES SANADO
En Hechos 3:1 dice: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la oración de la hora novena”. Ya mencionamos que al comienzo de la economía neotestamentaria de Dios, ni los primeros creyentes ni siquiera el primer grupo de apóstoles entendían claramente que Dios había abandonado el judaísmo con sus prácticas y lugares religiosos, incluyendo el templo. Por esto ellos seguían acudiendo al templo conforme a sus tradiciones y costumbres.
No sólo los primeros cristianos desconocían la economía neotestamentaria de Dios con respecto al templo judío, sino también los primeros apóstoles, quienes no vieron que Dios había abandonado las cosas judías. Por consiguiente, aun después de que Dios vertió el Espíritu sobre ellos el día de Pentecostés para iniciar una nueva dispensación, ellos seguían acudiendo al templo. En la etapa inicial, Dios toleró la ignorancia de ellos en este asunto. Sin embargo, esto condujo a que la iglesia y el judaísmo se mezclaran, lo cual no fue censurado por la iglesia en Jerusalén en sus primeros días (véase 21:20-26). Con el tiempo, el templo fue destruido por Tito y su ejército romano en el año 70 d. de C., como el Señor profetizó en Mateo 23:38 y 24:2. Esa destrucción eliminó la mezcla religiosa.
Cuando Pedro y Juan estaban a punto de entrar en el templo, encontraron a un hombre que había sido cojo desde el vientre de su madre. Ellos fijando sus ojos en él, le dijeron: “¡Míranos!” (3:2-4). El hombre “les prestó atención esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: no poseo plata ni oro, pero lo que tengo, esto te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y asiéndolo por la mano derecha le levantó; y al momento se le fortalecieron los pies y tobillos” (vs. 5-7). Pedro no poseía plata ni oro, pero en contraste a esto, la catedral de San Pedro en Roma fue construida con oro en gran abundancia. Aunque él no poseía plata ni oro, tenía el nombre, la persona de Jesucristo. El era pobre en plata y oro, pero era rico en Cristo. La Iglesia Romana está llena de oro, pero no de la persona de Cristo. Es rica en oro pero pobre en Cristo.
Pedro se dirigió al hombre cojo y le mandó que caminara, en el nombre de Jesucristo de Nazaret. “Jesucristo de Nazaret” denota a Aquel que fue despreciado por los líderes judíos (Jn. 1:45-46; Hch. 22:8; 24:5).
(Estudio-vida de Hechos, capítulo 13, por Witness Lee)