LA CONDICIÓN SUPERFICIAL Y CERRADA
DEL CRISTIANISMO
En varias ocasiones me han llevado a hacer un recorrido por plantas de fabricación, mostrándome el mobiliario interno y la maquinaria, pero yo no podía comprender las cosas que veía ni me interesaba en ellas. Mientras ellos me las explicaban, probablemente en mi corazón estaba considerando la importancia del capítulo 19 de Éxodo. Debido a que estaba “distraído”, no podía comprender ni un ápice de lo que veía. Hoy en día la Biblia, incluyendo el último libro, Apocalipsis, ya está en nuestras manos. En este sentido, la Biblia debe ser un develar, un revelar; sin embargo, muchos catedráticos y estudiantes de teología, y también pastores y ministros, siguen sin comprender los significados que yacen en las profundidades de la Biblia, aunque la estudien todos los días.
Cuando regresé acá el año pasado, compré un ejemplar del Nuevo Testamento con Salmos y Proverbios adjunto. A los occidentales les gusta añadir el libro de Salmos al final del Nuevo Testamento; el propósito de esto es enseñarles a las personas cómo ser devotas, así como instruirlas en la manera de orar, alabar y soportar los sufrimientos. A la mayoría de los chinos les gustan las máximas y, según mi conocimiento, las mejores máximas del mundo se encuentran en el libro de Proverbios de la Santa Biblia. Por lo tanto, los chinos añadieron los libros de Salmos y Proverbios al final del Nuevo Testamento. Hace tres días, al tener un poco de tiempo libre, abrí ese Nuevo Testamento que había comprado recientemente y descubrí dos cuadros impresos al final. Un cuadro muestra un palacio de cuya pared colgaba una tela de araña, y una criatura pequeña que se arrastraba sobre ella. El versículo citado de las Escrituras es Proverbios 30:28, que dice en algunas versiones: “La araña agarra con las manos, pero está en los palacios de los reyes”. Una criatura pequeña se arrastra sobre una tela de araña, sin embargo, vive en el palacio de un rey. Esto es lo que el hombre conoce del libro de Proverbios. El otro cuadro muestra un montón de espinos y ortigas, y una pila de piedras; el versículo citado de las Escrituras es Proverbios 24:31, que dice: “Y he aquí, por toda ella habían crecido espinos; / ortigas habían cubierto la superficie, / y la cerca de piedras estaba derribada”. ¿Por qué estaba tan desolado? Los versículos que siguen dicen: “Al verlo, reflexioné sobre ello; / miré, y recibí instrucción: / un poco de sueño, dormitar otro poco, / otro poco cruzando las manos para reposar, / y vendrá tu pobreza como ladrón, / y tu necesidad como hombre armado” (vs. 32-34). Conozco muy bien estos versículos. Hace más de sesenta años un predicador itinerante famoso en China, basándose en estos versículos, escribió un mensaje titulado: “Las consecuencias malignas de un holgazán”. Yo era recién salvo y, como tal, fui conmovido profundamente al leer ese mensaje; sentí que ya no debía ser perezoso, sino que al contrario debía trabajar diligentemente. A menudo me preguntaba: “¿Hay un montón de espinos o de ortigas en el suelo de mi casa? ¿Hay una pila de piedras y lodo? Si es así, ¡limpia!”. Ésa era la condición en que me encontraba el primer año posterior a mi salvación. Sin embargo, gradualmente, cuando estudié la Biblia a mayor profundidad, dejé de prestarle atención a los espinos, ortigas y piedras caídas. En lugar de ello, todo lo que veía era la economía, el misterio y la visión de Dios.
Queridos hermanos y hermanas, por favor consideren esto: aquí tienen el Nuevo Testamento y también los libros de Salmos y Proverbios, pero al final están impresos estos dos cuadros. ¿Qué muestra esto? Muestra lo poco que la gente ha visto hasta aquí. La visión que ellos han recibido es que una criatura pequeña se arrastra por la pared y vive en el palacio, y que no debemos ser perezosos, sino diligentes. Además, en los Estados Unidos algunos predicadores famosos están predicando por televisión: “El secreto del éxito”, y les enseñan a las personas cómo abrir fábricas y administrar bancos al confiar en Dios y orar al Señor con el fin de tener una empresa exitosa, ser prósperos y ganar mucho dinero. La audiencia presente consiste mayormente de hombres de negocios de entre treinta a cuarenta años. Éstos se sienten muy alentados y reconocen que se puede confiar en Jesús y que Dios es digno de adoración. Creen que todo lo que necesitan es adorar y creer en Dios, y que su negocio prosperará y tendrá éxito. Ésta es la condición caída y lastimosa del cristianismo actual.
(
Revelación y visión de Dios, La, capítulo 1, por Witness Lee)