PARA DIOS
El Espíritu es la esencia del ser de Dios
El Espíritu es la esencia del ser de Dios. Juan 4:24 dice: “Dios es Espíritu”. En el texto griego original no hay un artículo delante de la palabra Espíritu. Esto es parecido a afirmar que una mesa es madera, con lo cual no sólo damos a entender que la mesa está hecha de madera, sino que su esencia misma es madera. Al decir que el anillo que lleva una persona en el dedo “es oro”, nos referimos a su esencia. La esencia es el contenido intrínseco de la sustancia. El Espíritu es la esencia misma de Dios. La esencia del ser de Dios, de lo que Dios es, es Espíritu.
En hebreo la palabra traducida Espíritu es ruaj y en griego es pnéuma. Dichas palabras pueden traducirse espíritu, aliento o viento. En Ezequiel 37 la palabra ruaj es traducida Espíritu, aliento y viento (vs. 5, 9, 14). En Juan 3 la palabra pnéuma es traducida “Espíritu” (v. 6) y “viento” (v. 8). La traducción de estas palabras depende de su contexto. Según el contexto de Juan 3:6 pnéuma hace referencia al Espíritu: “lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. En el versículo 8 pnéuma se traduce “viento”, pues éste sopla y uno oye su sonido. Por tanto, la esencia misma del Dios que adoramos es pnéuma, Espíritu.
El Espíritu es Dios que viene a los hombres,
es Dios que permanece entre los hombres y dentro
de ellos, y es Dios que mora en los hombres
El Espíritu es Dios que viene al hombre. Cuando Dios llega a nosotros, Él es el Espíritu. Lucas 1:35 da prueba contundente de esto. El ángel le dijo a María que el Espíritu Santo vendría sobre ella. El Espíritu Santo era Dios que vino sobre María. Esto fue para la encarnación de Dios. La encarnación de Dios es simplemente Dios que viene al hombre, Dios que llega al hombre. Cada mañana debemos disfrutar al Dios que nos alcanza, el Dios que viene a nosotros.
El Espíritu también es Dios que está entre los hombres (Hag. 2:5), lo cual se encuentra principalmente en el Antiguo Testamento. El verbo estar también significa permanecer. En el Nuevo Testamento Dios no solamente está entre nosotros, sino que permanece en nosotros. Por eso, en el Nuevo Testamento se usa la preposición en y no entre. En 1 Juan 3:24 y 4:13 se nos dice que Dios permanece en nosotros por el Espíritu. Sabemos que Dios permanece en nosotros porque el Espíritu está en nosotros. El mismo Dios que permanece en nosotros es el Espíritu. El Espíritu es también Dios que mora en el hombre. Esto lo muestra Romanos 8:11, el cual declara que el Espíritu del Dios que resucita a los muertos mora en nosotros.
El Espíritu es el medio por el cual Dios imparte Sus atributos al hombre
El Espíritu es el medio por el cual Dios imparte Sus atributos al hombre (Ro. 5:5; 8:11; 14:17; 15:13, 30; Hch. 9:31). Dios posee muchos atributos tales como Su misericordia, Su gracia, Su amor, Su vida, Su luz, Su justicia, Su santidad y Su paciencia. El Espíritu es el medio por el cual estos atributos llegan a ser nuestros. Es por el Espíritu que llegamos a poseer estos atributos y disfrutar de ellos. Los muchos atributos de Dios llegan a ser nuestros por el canal del Espíritu.
El Espíritu es la consumación del Dios Triuno
El Espíritu es la consumación del Dios Triuno (Mt. 28:19). Finalmente, Dios es llamado el Espíritu, y el hombre tripartito transformado es la novia (Ap. 22:17a). El Espíritu es el Novio, y la novia es el hombre transformado. El Espíritu es la consumación del Dios Triuno. Consumación denota compleción. Nuestro Dios está completo debido a que ha sido procesado y compuesto. Ahora, nosotros somos los miembros de Cristo, quien es la corporificación de este Dios procesado. Poseemos la vida y naturaleza de Dios, lo cual nos hace niños de Dios, hijos de Dios e incluso herederos de Dios. Somos miembros de la familia de Dios, nuestro Padre. Esto se debe a que el Espíritu mora en nuestro ser, y Él es la consumación del Dios Triuno.
(
Espíritu, El, capítulo 11, por Witness Lee)