SIETE FIGURAS EN GÉNESIS 2
Primero, necesitamos comprender que la Biblia, desde el principio hasta el fin, es la revelación completa de Dios. Dios es sabio, y a fin de mostrarnos el cuadro, Él en Su sabiduría nos dio tal revelación. En la Biblia encontramos el inicio, la continuación y la compleción de esta revelación.
Al comienzo de esta revelación en Génesis 2, vemos un cuadro. Cuando yo era joven, tenía algunas interrogantes acerca del segundo capítulo de Génesis por dos razones. Primero, parecía que Génesis 1 ya contenía un relato completo de la creación y el recobro de la tierra, desde el primer día hasta el séptimo. Me preguntaba por qué, después de este capítulo, aún había otro relato de la creación. Alguien dijo que Génesis 2 es sencillamente una narración más detallada de la creación del hombre. Aunque esto es verdad, nosotros ahora sabemos que el segundo capítulo de Génesis 2 es mucho más que solamente los detalles. La segunda razón por la que me interesaba Génesis 2 era que pensaba que toda la obra de Dios era importante y económica. Sin embargo, para mí, este capítulo no me parecía muy importante. No podía entenderlo. Con el tiempo, la visión del cuadro en Génesis 2 llegó a ser clara y completa para mí.
Este cuadro es muy sencillo. Si podemos ver las siete figuras principales que están en el cuadro, éste llegará a ser muy claro y completo para nosotros. La primera figura es un hombre que Dios hizo del barro: un hombre terrenal (v. 7). La segunda figura es un árbol que tiene un nombre maravilloso: el árbol de la vida (v. 9). Después está el árbol del conocimiento (v. 9), la cual es una figura que no la contaremos entre las siete y que no la consideraremos sino hasta el final del capítulo. La tercera figura es un río que fluye (v. 10). De este río surgen tres elementos: oro, bedelio y ónice (vs. 11-12). Estos tres elementos preciosos y valiosos son la cuarta, quinta y sexta figuras respectivamente. La séptima y última figura en este cuadro es una mujer. Esta mujer, una novia, llega a existir para casarse con el hombre y ser una sola carne con él (vs. 21-24). Les pido que recuerden estas siete figuras: el hombre de barro, el árbol de la vida, el río de agua, el oro, el bedelio, el ónice y la novia.
Debemos ver el cuadro que la Biblia nos muestra por medio de estas siete figuras. Dios creó la tierra como el centro del universo. En esta tierra, Dios creó un hombre de barro. Después que lo creó, Dios puso a este hombre en el huerto del Edén, probablemente frente al árbol de la vida. El huerto en el cual estaba el hombre era el centro del universo. Frente al hombre, estaban el árbol de la vida y el río de agua viva que fluía cerca del árbol. De dicha corriente salía oro puro, bedelio y ónice. Y finalmente, está la novia que llega a existir para casarse con el hombre.
Ciertamente, todas las figuras presentadas en este capítulo deben poseer algún significado metafórico. Siendo figuras, deben significar algo. Para tener un entendimiento de estas figuras y del significado del cuadro en el cual aparecen, debemos estudiar el resto de las Santas Escrituras. Todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento revelan el significado correcto de cada una de estas figuras, punto tras punto.
Un hombre de barro
La primera figura es un hombre de barro. Conforme a las Escrituras, el hombre de barro es un vaso para Dios. El hombre terrenal es un vaso terrenal, como se indica en 2 Corintios 4:7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. Romanos 9:21 nos dice que toda persona que ha sido escogida es un vaso para Dios, un “vaso para honra”. Un vaso es simplemente un objeto en el cual podemos poner algo. Por ejemplo, las tazas y las botellas son vasos. Dado que somos vasos terrenales para Dios, estamos destinados a contener algo. ¿Qué debemos contener? Después regresaremos a contestar esta pregunta.
(
Experiencia que tienen los creyentes de la transformación, La, capítulo 1, por Witness Lee)