Carácter, por Witness Lee

A FIN DE SERVIR AL SEÑOR SE NECESITA QUE SE EDIFIQUE EL CARÁCTER

¿Qué clase de obra planeamos realizar? ¿Esperamos llevar a cabo una obra que sea valiosa y tenga peso, o pensamos realizar una obra superficial? En el servicio del Señor existe la necesidad no solamente del conocimiento del Señor, sino también de un carácter que porte al Señor. La Biblia requiere que los ancianos sean sobrios. ¿Es esto un asunto de carácter o de vida? Ciertamente es un asunto de carácter y no de vida. Una persona puede ser evidentemente salva, pero aun así ser frívola; otra, puede oponerse al Señor Jesús y, sin embargo, tener un carácter sobrio. Si estas dos personas se levantaran y hablaran a una multitud, ¿cuál se ganaría la confianza de la gente? No hay duda que sería el opositor. ¿Por qué? Debido a que es sobrio. En esta ilustración nos podemos dar cuenta inmediatamente que nuestra utilidad en las manos del Señor se basa en nuestro carácter y necesitamos de nuestro carácter para poder ministrar vida a otros. Obviamente, sin vida nada es ministrado, pero la vida tampoco puede ser impartida sin un carácter apropiado.

Hay que admitir que estamos cortos en la vida, pero siento fuertemente que existe una carencia severa, y que es aún una carencia desesperada, en nuestro carácter. Por ejemplo, conforme a mi observación, algunos hermanos jóvenes no han aprendido nada acerca de tener buenos modales. En su contacto con la gente parece que no tienen la sensibilidad de quién es mayor y quién es más joven. Consideran que mostrar respeto es vergonzoso y que la cortesía no es democrática. Les preocupa poco si la persona que está ante ellos es el director de una escuela o un decano. Les aseguro que tales personas están terminadas; no pueden servir al Señor.

Hermanos jóvenes, en sus dormitorios donde viven, ¿son amables con sus compañeros de escuela? Aunque no los visito todos los días, puedo decir que basado en mis limitadas observaciones, yo sé cómo viven. Por favor, perdónenme por decirles esto, pero ustedes carecen del todo de un carácter apropiado. Admito que es posible que no peleen o discutan; pero también me atrevo a decir que su carácter no ha sido edificado. Para desarrollar su carácter, ustedes tienen que seguir las reglas que regulan en qué cama van a dormir, dónde deben colgar su ropa y dónde deben guardar su maleta. Deben regirse por las reglas de la escuela. Pueden pensar que éstos son asuntos sin importancia, pero si no se ejercitan en estas cosas en su vivir cotidiano, serán absolutamente inútiles para Dios. Carecerán de un carácter que obedece las reglas. Pueden tirar libremente sus zapatos bajo la cama de otro, y pueden colgar su camisa en el poste de la cama de otro y tal vez hasta la chaqueta de otros aparezca en su área. Créanme, esta clase de persona nunca podrá realizar ninguna obra.

Obedecer las reglas está en el lado pasivo. Por el lado positivo, necesitamos ser corteses. Debemos apresurarnos a hacer los trabajos desagradables y dejar que otros hagan los fáciles. Esto no es vida; es solamente una señal de un buen carácter. Pero si no se edifica tal carácter en nosotros, no podemos abrigar la esperanza de servir al Señor apropiadamente. Si usted no es una persona regulada, su predicación también será indisciplinada. Si usted es desordenado, lo que predica también será desorganizado.

Hermanos, al servir al Señor, el carácter no es menos importante que la vida. Sin un carácter apropiado, usted no tiene la manera de llevar a cabo una obra. La vida es su material y el carácter es su técnica. Un carpintero no puede hacer algo sin madera; pero esto no significa que siempre y cuando tenga madera pueda hacer algo. El serrucho puede ser útil en las manos de otro, pero no en las suyas. El hacha es útil en las manos de otro, pero en sus manos sólo arruinará la madera. Si no tienen un carácter apropiado, se debe sencillamente a que no lo han practicado. Por lo general, si va a pasar por una puerta y un hermano más joven quiere hacer lo mismo, usted lo debe dejar pasar primero. Si está cargando un vaso y sucede que se derrama un poco de agua en la cama de su compañero de cuarto, debe secar las gotas de agua rápidamente y buscar la oportunidad para disculparse con él. No digo que esto es la vida divina, pero si usted desea servir al Señor tiene que ser meticuloso en cuanto a su carácter. El carácter que tenga lo capacitará para ser disciplinado en su servicio al Señor.

(Carácter, capítulo 3, por Witness Lee)