EL ASUNTO DE LA EDUCACIÓN
Uno que desee ser usado por Dios, por lo menos tiene que recibir cierta educación. Es difícil que una persona ignorante, que no ha desarrollado su mente por medio de la educación, sea útil a Dios. Ser educado es una condición que debemos satisfacer para que Dios nos pueda usar. Aunque parece que todos reconocemos este hecho, aun así necesito añadir algunas palabras.
No hemos prestado suficiente atención al aprendizaje de idiomas. En principio, todos nosotros hemos considerado este asunto cuando éramos jóvenes. Por ejemplo, hay algunos hermanos que no pueden leer materiales de referencia en idiomas extranjeros. Esto es un gran problema. A los estudiantes de ciencias se les requería que leyeran alemán porque muchas de las publicaciones científicas estaban en ese idioma. No estudiaban porque les gustara hablar alemán, sino porque necesitaban investigar el material científico que estaba en alemán. De igual manera, a lo largo de la historia de la iglesia se escribió de asuntos espirituales en hebreo, griego, latín o inglés. Para usar este material de referencia, se tienen que conocer estos idiomas. Por esta razón, los jóvenes deben estudiar hebreo, griego e inglés. Ellos necesitan estudiar algunos de estos idiomas a fin de usar estos libros de referencia.
Más aún, al ver lo que escribieron algunos hermanos y hermanas he descubierto que aun su manejo del chino es inadecuado. De hecho, nuestro idioma no necesita ser complicado ni elegante, sino simplemente que sea entendible y que exprese nuestros pensamientos. Esta carencia también afecta nuestra utilidad en la mano de Dios.
Hermanos y hermanas, si pueden usar un libro de referencia en griego, leer inglés y escribir en chino con fluidez, verán cuánto se multiplica su utilidad en la mano del Señor. Lamentablemente, no han prestado atención a esto y han perdido mucho tiempo. Como regla deben emplear una hora al día para estudiar un idioma. En un año podrá usar libros de referencia en hebreo. Alcanzar una destreza similar en griego le tomará sólo medio año. Si emplea una hora al día para estudiar inglés, podrá hacer trabajos de traducción en tres años. Ya que es más difícil traducir del chino al inglés, será suficiente la habilidad de traducir del inglés al chino. Pero si no nos edificamos en tales asuntos, reducimos nuestra utilidad en la obra de Dios.
Sin embargo, todavía éste no es mi punto. Mi punto es el desarrollo del carácter, el cual temo que es un asunto que muchos han ignorado.
(Carácter, capítulo 4, por Witness Lee)