Exhortación amorosa a los colaboradores, ancianos y los que aman y buscan al Señor, Una, por Witness Lee

DEBEMOS SER CONFORMADOS A LA MUERTE DE CRISTO Y NO EVITARLA

También debemos ser conformados a la muerte de Cristo y no evitarla. Deberíamos amoldarnos a Su muerte siempre, pero a menudo no lo hacemos. Deberíamos tener esto en cuenta. Mateo 16:24 dice: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. No ser conformados a la muerte de Cristo es no negarse al yo (el yo de uno, no el de los demás) en forma absoluta ni llevar la cruz. Llevar la cruz es mantener el yo en la cruz. No abandonemos la cruz, pues es allí donde el yo debe estar. No ser conformados a la muerte de Cristo también es evitar que el hombre natural sea crucificado. A menudo, cuando personas así vienen a verme, noto que todo lo que dicen procede de su hombre natural. En ocasiones crucificamos nuestro hombre natural, pero la mayor parte del tiempo no lo hacemos. No ser conformados a la muerte de Cristo también significa no poner fin al carácter natural de uno. Una persona puede jactarse y tener una actitud orgullosa y pensar que su raza es superior o gloriarse de que él es de cierta ciudad. Algunos aun se jactan de su personalidad. A veces he querido decir: “¿No sabes que soy una persona activa?” Pero, apenas esta expresión viene a la punta de mi lengua, debo tragármela. Hablando con franqueza, ¿quién no es así?

Tengo la carga de compartirles estos consejos con mucho amor. La ambición, el orgullo, la idea de considerarse justo, y no conformarnos a la muerte de Cristo son cuatro “topos”. Si confrontamos estos cuatro asuntos, el recobro del Señor tendrá un avivamiento y, como resultado, dentro de un mes veremos fruto. A través de los años han llegado al recobro del Señor muchos problemas, todos los cuales han obedecido a estos cuatro asuntos. Algunos colaboradores, por su ambición, intentaron apoderarse de una localidad o de un grupo de personas usando mi nombre y creando la impresión de que yo los había enviado. Ahora bien, ¿Los envié yo o no? En cierto sentido, sí, pues les dije: “Esa localidad necesita su ayuda”. Si eso constituye ser enviado o no, yo no sé, pero aun si lo fuese, yo no los envié a controlar a los demás ni a subyugarlos valiéndose de mi nombre. He sufrido mucho por estos casos. Algunos llegan a pensar: “El hermano Lee es este tipo de persona, pues aunque él no viene a controlarnos, nos controla por medio de otros”. Esto ha pasado en el recobro. Por esto, no solamente rechazan a los que han utilizado mi nombre, sino que algunos me han rechazado a mí aún más. Dicen: “¿Por qué el hermano Lee es tan malo?” En realidad, el que utilizó mi nombre y me creó una mala imagen causó el problema. Esto ocurrió hace como dos o tres años, pero el problema aún persiste.

Queridos santos, yo sé que todos ustedes aman al Señor y al recobro. También creo que ustedes toman mi ministerio como del Señor, pero hay una gran objeción, y es que si ustedes no eliminan estos cuatro “topos”, todo lo demás no tendrá valor. Tal vez tengamos cierta capacidad, pero nuestra capacidad será anulada por nuestra personalidad, nuestro orgullo, y por no estar dispuestos a poner nuestro carácter en la cruz. El Señor ha bendecido Su recobro y lo continua bendiciendo. Miren la propagación del recobro. Sin embargo, nuestra condición es como la que se ve en Cantar de los Cantares 2:15, donde dice: “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne”. Esta es mi preocupación, y ésta es la razón por la cual decidí a compartir estos mensajes. Nuestra negligencia en estos cuatro asuntos y nuestra falta de precaución en estas cuatro áreas le permite a Satanás echar a perder el florecimiento del recobro del Señor hoy en día. El enemigo es astuto. No debemos desconocer sus artimañas.

(Exhortación amorosa a los colaboradores, ancianos y los que aman y buscan al Señor, Una, capítulo 3, por Witness Lee)