LA VIDA CORPORATIVA NECESARIA
PARA LA OBRA EN LAS UNIVERSIDADES
Sin embargo, la carga que quiero compartir en este mensaje es cómo trabajar en las universidades y especialmente cómo administrar las casas donde viven los hermanos y las casas donde viven las hermanas. Solamente nosotros establecemos casas donde se vive corporativamente. Aunque entre el pueblo cristiano algunos han practicado esto, no lo aprendimos de ellos, sino por experiencia propia. Hace tiempo vimos la necesidad de abrir casas para hermanos y casas para hermanas a fin de laborar en las universidades. Sin ellas, los “peces” que pesquemos no tendrían una vasija que los contuviese.
Al principio, no parecía fácil establecer estas casas. La práctica comenzó en la iglesia en Taipei, donde por más de veinte años se han tenido estas casas. Los hermanos de Taipei han experimentado bastante y aprendido mucho. Y ahora disfrutan un gran éxito con ellas. En una carta que recibí recientemente, me informaron que tienen ciento cuarenta y una personas nuevas que van a vincularse al entrenamiento de tiempo completo en Taiwan. Casi todas ellas terminaron sus estudios universitarios y vivieron en las casas de hermanos y de hermanas. El propósito de estas casas es ganar a los nuevos y traerlos a que vivan con otros hermanos u otras hermanas. Para ellos es un fracaso si no pueden traer a un recién convertido a las casas. En California hemos tratado de hacer lo mismo. Algunos santos que aman al Señor donaron estas casas; la iglesia no las tuvo que comprar.
Es bastante complicado traer a los jóvenes universitarios a las casas de hermanos solteros y de hermanas solteras. No basta con decirles a los estudiantes que tenemos una casa más cerca de la universidad que los dormitorios donde ellos viven y que es mejor para ellos vivir con los hermanos o las hermanas. Esto no estaría mal, pero ¿cómo podremos conservarlos? Este es un gran problema. Recientemente en el condado de Orange, el número de jóvenes que viven corporativamente en vez de aumentar ha disminuido. Olvídense de lo que han estado haciendo allí. Aprendamos un nuevo camino. Hasta cierto punto tengo un nuevo método que aprendí de lo realizado en Taiwan.
(Exhortación amorosa a los colaboradores, ancianos y los que aman y buscan al Señor, Una, capítulo 1, por Witness Lee)