Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, La, por Witness Lee

EL CENTRO DE LA BIBLIA

Doy gracias al Señor por haberlos traído a ustedes hermanos desde tantos lugares lejanos para estar aquí. Probablemente hay muchas cosas que ustedes quisieran decir y muchos asuntos de los cuales quisieran tener comunión. En nuestro tiempo de comunión creo que lo que el Señor va a hablarnos podrá satisfacer nuestras necesidades y contestar nuestras preguntas aun sin darnos cuenta. También le he pedido al Señor con respecto a esta comunión, procurando especialmente saber lo que Él desea hablarnos. Estoy aquí con temor y temblor, pues temo desperdiciar su tiempo. Sin la bendición del Señor, todo es en vano. Por lo tanto, después de buscar al Señor, siento que ésta es una excelente oportunidad para que centremos nuestra atención en un solo asunto: el centro de la Biblia. Este asunto es la visión más elevada que se encuentra en la Biblia; es la visión que nos rige y nos regula.

Pablo dijo: “No fui desobediente a la visión celestial” (Hch. 26:19). ¿A qué visión celestial se refería Pablo? Ya han pasado más de setenta y tres años desde que el Señor levantó al hermano Nee para que nos hablara de parte Suya. Durante todo este tiempo, tanto nuestro corazón como nuestras manos nunca se han apartado de la Biblia. Según el número de páginas que hemos estudiado con detenimiento, es como si hubiésemos escudriñado cientos de Biblias. Además, contamos con muchas notas que son fruto de nuestro estudio de la Palabra. Después de setenta y tres años, podemos afirmar que la revelación del Señor entre nosotros llegó a su punto culminante durante la conferencia del nuevo año chino celebrada el año pasado. Esta consumación se puso de manifiesto en el himno nuevo que escribí en aquella ocasión, el cual declara: “¡Milagro tal! ¡Misterio es! / ¡Que Dios y el hombre uno son! / ¡Dios se hizo hombre para que / El hombre llegue a ser Dios! / ¡Economía sin igual!”. La visión celestial que el Señor le mostró a Pablo era esta economía, la economía neotestamentaria, la economía eterna de Dios. Esta economía es la revelación contenida en todo el Nuevo Testamento.

(Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, La, capítulo 1, por Witness Lee)