Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, La, por Witness Lee

PASTOREAR A LOS SANTOS CON LA ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES QUE ES SEGÚN LA ECONOMÍA DE DIOS

La economía de Dios, la cual llega a su consumación en la Nueva Jerusalén, es la visión que el Señor nos ha mostrado en Su Palabra, y también de lo que hemos venido hablando durante todos estos años. Podríamos decir que nuestro hablar llegó a la cumbre de esta visión durante la Conferencia del nuevo año chino que celebramos el año pasado, y ya no es posible ascender más porque Apocalipsis no tiene capítulo 23, ni viene ningún otro libro después. Apocalipsis 22 dice que nadie puede añadir nada a las palabras de este libro, ni tampoco puede quitar nada (vs. 18-19); así pues, la revelación de Dios ahora está completa. En verdad les agradezco a ustedes hermanos que hayan venido hasta aquí para tener comunión conmigo, por lo cual también siento que debo hablarles con franqueza. Mi preocupación es si los ancianos y colaboradores han estudiado diligentemente todos los mensajes que hemos publicado, los cuales les mencioné anteriormente.

No es fácil ser anciano. De hecho, Pablo no estaba satisfecho con los ancianos de las iglesias de esos días. La primera habilidad de un anciano es ser apto para enseñar (1 Ti. 3:2). Esto no es un requisito, sino una habilidad. Así que, un anciano debe ser apto para enseñar, pero ¿qué es lo que debe enseñar? Según lo dicho por Pablo, los ancianos deben enseñar lo mismo que Pablo enseñaba. Algunas de las cosas que Pablo enseña en sus epístolas son un tanto superficiales mientras que otras son muy profundas; sin embargo, todas ellas giran en torno a la economía de Dios. En el capítulo 1 de Efesios, él habla de la economía de Dios (v. 10), y nuevamente en el capítulo 3, él menciona la economía de Dios (v. 9). Si usted y yo no hablamos hoy de la economía de Dios y si no llegamos a la cumbre de la economía de Dios, ¿cómo podrá Dios lograr Su propósito y llevar a cabo Su economía? Si la labor que realizamos usted y yo no es parte de la Nueva Jerusalén, la Nueva Jerusalén no podrá ser producida.

Queridos hermanos y hermanas, todos ustedes son ancianos y colaboradores; no obstante, a menos que profundicen completamente en todos estos puntos de la economía de Dios, lo que enseñen será inadecuado. En tal caso, el pastoreo que brinden tampoco será el adecuado. Según 1 Timoteo 3, la primera habilidad del anciano es poder enseñar, y según 1 Pedro 5, es poder pastorear (v. 2). El pastoreo depende enteramente de la enseñanza. Si uno no puede enseñar, tampoco puede pastorear. Entonces, ¿qué debemos enseñar? La enseñanza de los apóstoles (Hch. 2:42). Cuando usted pastorea, espontáneamente lo hace mediante la enseñanza de los apóstoles que usted enseña. Por ejemplo, una pareja en la iglesia puede estar en discordia. Como anciano que usted es, ¿cómo va a pastorearlos? Muchos ancianos los ayudarían según los sentimientos humanos y les darían unas palabras de exhortación y ánimo. Eso no es suficiente. Ustedes deben darles algunos mensajes sobre Cristo y la iglesia aplicados a la vida de iglesia cotidiana. Cuando esta pareja tenga algún conflicto, ustedes deben pastorearlos según la enseñanza que muestra que los esposos y las esposas son símbolos de Cristo y de la iglesia.

También pueden pastorear a esta pareja conforme a la verdad de la Nueva Jerusalén. Por ejemplo, pueden decirles: “Independientemente de si usted es un hermano o una hermana, es un constituyente del Cuerpo de Cristo, y la consumación del Cuerpo de Cristo es la Nueva Jerusalén. Uno de los materiales principales de la Nueva Jerusalén es la piedra transformada; allí no hay madera, barro ni ladrillos. Por lo tanto, necesitamos ser transformados por el Señor en nuestra vida matrimonial hoy. Si ustedes no son transformados en la era de la gracia hoy, serán disciplinados en la era del reino; el Señor usará los mil años para transformarlo. En cualquier caso, el Señor hará que usted sea transformado; así que no tiene escapatoria. Como anciano que soy, debo hablarle con franqueza. Todos debemos ser transformados por el Señor; de lo contrario, el Cuerpo de Cristo no podrá ser producido. Si usted, como esposo o esposa que es, pelea con su cónyuge, ¿cómo podrá estar en el Cuerpo de Cristo? Cada miembro del Cuerpo de Cristo tiene que ser transformado. Después de que Dios nos regenera, Él prosigue a santificarnos, renovarnos y transformarnos, y finalmente nos conformará a Su imagen. Hoy en día el Señor ha dispuesto que llevemos una vida matrimonial a fin de ayudarnos a ser transformados”. Ustedes deben pastorearlos de esta manera. Esta clase de pastoreo es elevado, apropiado y necesario.

El pastoreo no es tan fácil como lo que las personas comúnmente llaman “predicación”. Esa clase de predicación sólo requiere elocuencia. Algunos pastores del cristianismo enseñan filosofía, pero la filosofía no puede transformar a los santos. Sólo la enseñanza de los apóstoles puede transformar a los santos. La enseñanza de los apóstoles gira en torno a la economía de Dios. No simplemente enseña que Dios amó tanto al mundo que envió a Su Hijo para que fuera el Salvador del mundo, a fin de morir en la cruz por nosotros para que nuestros pecados sean perdonados y nosotros podamos ser justificados por la fe. Esto se enseña en una “escuela primaria” espiritual. Pablo dejó a Timoteo en Éfeso para que mandara a ciertos disidentes que no enseñaran cosas diferentes, sino que enseñaran la economía de Dios. Ésta es la economía de Dios basada en la fe (1 Ti. 1:4); nosotros debemos hablar de esta economía por fe, y quienes nos escuchan también deben escuchar y recibir por fe. De este modo, Dios puede lograr el resultado que desea, la consumación de lo cual es la Nueva Jerusalén. Según esta norma, probablemente un buen número de ancianos y colaboradores quedarían descalificados. Todas las profesiones del mundo exigen exámenes y una calificación del servicio, de modo que la gente se sienta obligada a mejorar. Los médicos en los Estados Unidos mantienen una alta calidad porque con regularidad son evaluados con respecto a lo competentes que son. Ellos tienen que leer los informes médicos más recientes y esforzarse por avanzar. Asimismo, nosotros debemos esforzarnos por avanzar en nuestro servicio al Señor.

Gracias al Señor, entre nosotros no sólo tenemos la enseñanza de los apóstoles, sino también la interpretación de la enseñanza de los apóstoles, la cual se halla impresa en nuestros libros. Por lo tanto, ustedes hermanos deben leer los libros que están en sus estantes. Quizás los colaboradores deberían ser evaluados para que todos sean instados a avanzar. Debido a que en el pasado no hacíamos ningún tipo de evaluación, todos eran negligentes. Sólo los que tenían que dar mensajes con regularidad en las reuniones se veían obligados a leer los libros. Pero después de haber compartido la palabra, probablemente en menos de medio año ya habían olvidado todo. Por esta razón, entre nosotros la enseñanza y el pastoreo son un fracaso. Una vez que fallamos en la enseñanza y el pastoreo, toda la iglesia cae en desolación. Quiera el Señor tener misericordia de nosotros a fin de hacernos agresivos en la enseñanza y el pastoreo por el bien de la edificación de la iglesia.

(Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, La, capítulo 3, por Witness Lee)