III. El DIOS-HOMBRE QUE LLEVA EL PECADO
EN SU MUERTE VICARIA: EL REDENTOR
Finalmente, Cristo es el Redentor. Todos sabemos que Jesús es el Redentor, pero lo que conocemos es muy general, de forma muy vaga y muy superficial. Debemos estudiar profundamente los estatus en los cuales Él vino para a ser nuestro Redentor.
A. Él fue el Dios y hombre
que pasó a través de la muerte en Su humanidad con Su divinidad
¿Quién fue crucificado en la cruz? ¿Él era Dios? Algunos no se atreverían a contestar esta pregunta. ¿Puede Dios ser crucificado? Nadie cree que el hombre puede clavar a Dios en la cruz. Dios no puede ser crucificado. Entonces, ¿quién fue puesto en la cruz para morir? Debemos decir que el que fue crucificado era Dios y hombre. En la cruz Él fue crucificado en Su humanidad con Su divinidad. Hablando con propiedad, Él no murió allí, sino que pasó a través de la muerte. Morir es una cosa y atravesar la muerte es otra. Cuando nosotros los humanos morimos, morimos de verdad. Sin embargo, en vez de morir, Él pasó por la muerte. Aun Su muerte fue Su obra; Él hizo mucho trabajo en el momento de Su muerte. ¿Qué obra hizo? Él ejecutó la obra de salvación y redención. La salvación y la redención que Él efectuó se lograron por medio de Su muerte. La muerte humana no puede lograr nada, pero la muerte del Señor Jesús en la cruz fue Su gran obra.
En aquel tiempo Aquél, a quien los judíos arrestaron, no era solamente Dios sino un hombre; sin embargo, este hombre tenía a Dios dentro de Él. De igual manera, Aquél, a quien ellos crucificaron, no era solamente Dios sino un hombre, pero ese hombre tenía a Dios en Él. Por lo tanto, Aquel que murió en la cruz era tanto Dios como hombre, y Su muerte fue una muerte en la humanidad con la divinidad. Además, en sentido estricto, Él no murió allí; más bien, Él pasó a través de la muerte. Los judíos pensaron que al matarlo todo estaría terminado. Sin embargo, éste no fue el caso con Él. Por el contrario, Su crucifixión le dio la oportunidad de estar sumamente activo y hacer una gran labor en Su muerte. Por lo tanto, Él no sólo murió, sino que pasó a través de la muerte.
(
Lo ilimitado y todo-inclusivo que es Cristo, capítulo 1, por Witness Lee)
