Lo ilimitado y todo-inclusivo que es Cristo, por Witness Lee

III. MURIÓ POR LA CREACIÓN A FIN DE QUE EN SU HUMANIDAD CON SU DIVINIDAD PUDIESE GUSTAR LA MUERTE A FAVOR DE TODA LA CREACIÓN

Esto no es todo, sino que una vez que pasó por el vivir humano, Él dio otro gran paso más para morir por la creación. Aparentemente el Señor fue crucificado porque Él fue traicionado por Judas, arrestado por los siervos del sumo sacerdote y condenado por Poncio Pilato. Pero la verdad es que Él mismo fue quien ayudó a materializar Su crucifixión. Si usted estudia la Biblia cuidadosamente, usted verá que cuando el Señor Jesús estaba en Galilea, Él se apresuró para ir a Jerusalén porque la Pascua se acercaba. ¿Por qué hizo esto? Debido a que en ese año se completaban las sesenta y nueve semanas de las setenta mencionadas en Daniel 9:24-26. Allí se menciona claramente que durante esa semana se le quitaría la vida al Mesías, Cristo; esto es, que lo matarían. Él sabía que sería crucificado en la Pascua de ese año. Él también sabía que tendría que morir en Jerusalén sobre el monte Moriah, donde Abraham ofreció a Isaac y que después fue llamado el monte de Sión. Más aún, conforme al tipo de la Pascua, Él tenía que morir en el día catorce del primer mes. Por lo tanto, Él fue rápidamente de Galilea a Jerusalén.

Él entró en Jerusalén seis días antes de la Pascua, dándole a los judíos cuatro días para examinarle, lo cual también fue el cumplimiento de la tipología bíblica. Según Éxodo 12:3-6, el cordero pascual no debía tener mancha alguna y tenía que ser preparado cuatro días antes de la Pascua. Por tanto, en esos cuatro días Él se puso a Sí mismo en el templo, bajo el meticuloso escrutinio de los saduceos, fariseos, los principales sacerdotes, escribas y ancianos, quienes después de haberlo examinado por cuatro días no encontraron falta alguna en Él. Después lo arrestaron y lo entregaron al oficial romano Pilatos para ser examinado por él. Pilatos les dijo tres veces: “No hallo falta en este hombre”. Verdaderamente Él era el Cordero sin pecado, un Cordero sin ningún defecto ni mancha, por lo que era digno de morir por nosotros. En esto podemos ver que no fue arrestado por los hombres, sino más bien, Él se entregó a Sí mismo. Él mismo entró en la muerte. Sin embargo, no fue allí solamente para morir, sino que fue allí a hacer Su obra, y una porción de esta obra tenía que ser hecha en la muerte. Si Él no hubiera entrado en la muerte, no hubiera podido realizar esa obra. Él entró en la muerte para cumplir una gran obra.

Como hemos señalado en el pasado, el Señor Jesús murió en la cruz en siete estatus. En primer lugar, murió como el Cordero de Dios; segundo, como un hombre en la carne; tercero, como fue simbolizado por la serpiente de bronce; cuarto, como el postrer Adán; quinto, como el Primogénito de toda creación; sexto, como el Pacificador y la paz; y séptimo, como el grano de trigo. Cuando Él murió en la cruz, Él murió en estos siete estatus.

En otras palabras, Su muerte por lo menos incluyó siete aspectos. Primero, Él era el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo. Segundo, Él era un hombre en la carne que fue considerado por Dios como pecado; Él no conoció pecado pero fue hecho pecado por Dios, y en Su carne Dios condenó nuestra naturaleza pecaminosa. Tercero, Él era la serpiente de bronce con la forma de la serpiente, pero sin el veneno de la serpiente. Como tal, cuando fue juzgado en la cruz, Él destruyó a Satanás, la serpiente antigua. Cuarto, Él fue el postrer Adán, el último viejo hombre. Por lo tanto, cuando Él murió, Él crucificó al viejo hombre y terminó el linaje humano. Es por eso que Romanos 6:6 dice que nuestro viejo hombre ha sido crucificado juntamente con Él. Quinto, Él era el Primogénito de toda creación y murió como una criatura representando a toda la creación. Esto puede compararse con el velo en el templo del Antiguo Testamento. Este velo representaba Su carne, y sobre el velo había querubines bordados que representaban a los cuatro seres vivientes. Cuando el velo fue rasgado, los cuatro seres vivientes también fueron rasgados. Esto significa que cuando Cristo murió, toda la creación murió y fue terminada con Él. Sexto, cuando murió en la cruz, abolió las ordenanzas. Estas ordenanzas judaicas hacían que a los judíos les fuera imposible ser uno con los gentiles. Cada pueblo tiene sus propias ordenanzas, y cada lugar tiene sus propias costumbres y hábitos. Todo esto resultó en dividir a los pueblos de la tierra en naciones. Él abolió todas estas ordenanzas en la cruz.

Por último, Él murió en la cruz como un grano de trigo que fue sembrado en la tierra. Por el lado positivo, Él liberó la vida divina que estaba dentro de Él para producir muchos granos, los cuales son las decenas de millones de los que creen en Él. Todos estos granos son hechos un solo pan, el cual es el Cuerpo, la iglesia. ¡Cuán todo-inclusiva e ilimitada es Su muerte! Pero ¿por qué es ilimitada? Porque Él fue crucificado en Su humanidad con Su divinidad. Podemos poner de ejemplo un grano de trigo que se siembra en la tierra. Por un lado, el grano muere porque su cáscara se descompone. Sin embargo, al mismo tiempo la vida dentro del grano comienza a operar y a crecer. Por lo tanto, en 1 Pedro 3:18 dice que cuando Cristo estaba en la cruz, Él fue muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu. Esto es lo mismo que el grano de trigo. Conforme a su cáscara exterior, decae, pero conforme a su vida interior, opera para dar retoños. Éste es un cuadro de la resurrección.

(Lo ilimitado y todo-inclusivo que es Cristo, capítulo 2, por Witness Lee)