I. SE ENCARNÓ PARA INTRODUCIR A DIOS
EN EL HOMBRE A FIN DE QUE LA DIVINIDAD
Y LA HUMANIDAD SE MEZCLEN
PARA SER UNA SOLA ENTIDAD
Entonces, ¿dónde empezó esta obra? Esta obra empezó cuando el Señor Jesús se hizo carne. A esto se le llama la encarnación. Por tanto, la encarnación fue un gran paso en Su obra y un gran inicio de la obra divina. Dios entró en el vientre de una virgen humana y fue concebido al ser mezclado con la humanidad. Él permaneció en el vientre humano por nueve meses y luego nació. Tal hombre no sólo poseía humanidad, sino que en Su humanidad también tenía divinidad.
Hermanos y hermanas, es necesario ver que la encarnación del Señor fue algo verdaderamente grandioso. Fue mucho más grande que la creación de los cielos y de la tierra. En la creación de los cielos y la tierra, “Él dijo, y fue hecho; / Él mandó, y existió” (Sal. 33:9). Cuando Dios dijo: “Sea la luz”, la luz fue. Sin embargo, no fue tan sencillo para Dios forjarse a Sí mismo dentro del hombre. Él mismo tuvo que entrar en un vientre humano y permanecer allí por nueve meses. Hablar para que las cosas lleguen a existir sólo puede ser utilizado en la creación de los cielos y de la tierra; no se puede usar para que Dios se forje a Sí mismo en el hombre. Para hacer esto se requirió que el Dios completo entrara personalmente dentro de un vientre humano y que permaneciese allí por nueve meses para luego nacer. ¡Es una lástima que hoy tanto los incrédulos como los que están en el cristianismo, cuando celebran la navidad son tan superficiales! Ellos no profundizan sus estudios para ver el misterio de la encarnación de Dios.
Hermanos y hermanas, espero que todos veamos que el primer paso principal en esta gran obra divina, eterna, todo-inclusiva e ilimitada fue la encarnación de Dios. La encarnación de Dios fue la entrada de Dios en el hombre; la divinidad fue mezclada con la humanidad. Muy poco después que Adán fue creado, él cayó y perdió la meta de Dios. La meta de Dios era que él fuese un vaso que contuviera a Dios, el cual estaba representado por el árbol de la vida. Sin embargo, Adán fue tentado, comió del árbol equivocado y fue envenenado. Cuando Dios vino al huerto, Adán y Eva estaban tan asustados que se escondieron, pues tenían miedo de ver a Dios. ¡Gracias a Dios que Él tuvo la gracia de la redención! Le dio a Eva la promesa de que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente, aunque también la serpiente le heriría en el calcañar. Todos sabemos que esto se cumplió en el Señor Jesús. Él fue la simiente que nació de una mujer y Él hirió la cabeza de Satanás en la cruz. Así que, lo primero que hizo para avanzar con grandes pasos, fue entrar en el vientre de una virgen de una manera humilde, permanecer allí por nueve meses y nacer como un Dios-hombre, quien era Jesucristo, Jehová el Salvador, para el cumplimiento de la comisión de Dios.
(Lo ilimitado y todo-inclusivo que es Cristo, capítulo 2, por Witness Lee)