Estudio-vida de Levítico, por Witness Lee

EL HOLOCAUSTO ES DESOLLADO

La primera parte de 1:6 dice: “Desollará el holocausto”. Que el holocausto fuese desollado significa que Cristo estuvo dispuesto a ser despojado de la manifestación externa de Sus virtudes. En los cuatro Evangelios vemos que Cristo fue difamado, despojado de la belleza de Sus virtudes. Por ejemplo, algunos decían: “¿No decimos bien nosotros, que Tú eres samaritano, y que tienes demonio?” (Jn. 8:48). Otros decían de Él: “Demonio tiene, y está loco; ¿por qué le oís?” (10:20). Esto indica que el Señor Jesús, en calidad de holocausto, fue “desollado”.

Pablo también experimentó esta desolladura. Él fue desollado por los corintios, quienes lo acusaron de enviarles a Tito con el propósito de obtener dinero de ellos. Pablo se refirió a esta acusación en 2 Corintios 12:16-18. “Pero, “¡así sea! Yo no os he sido carga, sino que, según algunos de vosotros dicen, como soy astuto, os prendí por engaño, ¿acaso he tomado ventaja de vosotros por alguno de los que os he enviado? Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Acaso se aprovechó de vosotros Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y en las mismas pisadas?”. Algunos de los corintios acusaron a Pablo de ser astuto. Dijeron que él era astuto para obtener ganancia, que aseguraba su provecho enviando a Tito con el fin de que éste recibiera la colecta para los santos pobres. El versículo 15 expresa la verdadera actitud de Pablo: “Yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas. Si amándoos más abundantemente, ¿seré yo amado menos?”. Él estaba dispuesto a gastarse completamente por amor de ellos; con todo, lo acusaron de engañarlos y de usar a Tito con el fin de robarles dinero. ¿No es esto una desolladura?

En 2 Corintios 6:3-13 Pablo enumera muchas señales que demuestran que él era un siervo, un ministro, de Dios. El versículo 8 dice: “A través de gloria y de deshonra, de mala fama y de buena fama”. Quizás nos resulte difícil creer que la propagación de rumores malignos en cuanto a Pablo fuera señal de su apostolado. Estos rumores demostraban que Pablo era un siervo de Dios. Un rumor maligno es una manera de desollar a alguien, de despojarlo de su belleza externa.

A nadie le gusta ser desollado. En los años que llevo en la vida de iglesia, muchos se han acercado a mí para pedirme que les volviera a “pegar la piel” que les fue quitada. Si su cónyuge lo desollara a usted, ¿no haría todo lo posible por volverse a “pegar la piel”? ¿No intentaría restaurar su buena fama, es decir, recobrar la expresión externa de sus virtudes?

Supongamos que usted intentara volverse a pegar la piel que le fue quitada. Al venir a la mesa del Señor, ¿podría alabar al Señor por ayudarle a recobrar la piel desollada? No creo que nadie pudiera ofrecer tal alabanza al Señor.

Sin embargo, supongamos que en la vida familiar y en la vida de iglesia usted pasa por muchas experiencias en las que es desollado. En este caso podría declarar: “Señor, he tenido la misma experiencia que Tú tuviste al ser desollado. Deseo seguirte y por eso acepto ser desollado, despojado, difamado, calumniado, así como Tú lo aceptaste. Señor, lo que yo he experimentado es lo mismo que Tú experimentaste al ser desollado”. Si usted es una persona con esta clase de experiencia, la alabanza que usted ofrezca en la mesa del Señor, aunque sea breve, conmoverá profundamente a todos en la reunión. Esto es lo que significa presentar a Cristo como holocausto de una manera auténtica, sincera y honesta.

Esto no es presentar a Cristo como holocausto en un sentido total. Nadie, ni siquiera Pablo, podría ofrecer a Cristo en Su totalidad. En vez de ello, nosotros presentamos únicamente la porción de Cristo que hemos experimentado.

(Estudio-vida de Levítico, capítulo 4, por Witness Lee)