II. EL LLAMADO A VIVIR EN ASCENSION (4:7-15)
Los versículos 1-5 del capítulo cuatro muestran la apariencia externa de la doncella, mientras que los versículos 7-15 presentan la relación interna de la doncella con el Rey.
A. El llamado (4:7-8)
Estas son las palabras del rey. Todos los expositores de la Biblia están de acuerdo en que esta parte se refiere a la ascensión.
El versículo 7 dice: “Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha”. Después de que la doncella ha visto la cruz y la resurrección de una manera más profunda y completa, el rey le dice esto: “Toda tú eres hermosa ... y en ti no hay mancha”. Anteriormente el rey dijo solamente que ella era hermosa; ahora dice que toda ella es hermosa. Todas sus manchas han sido eliminadas por la cruz; ella las perdió una por una al ser quebrantada. Lo que le queda a ella es sólo la vida celestial y santa del Señor, la cual está en el nuevo terreno de la resurrección. Por lo tanto, vemos que toda ella es hermosa.
El versículo 8 dice: “Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía; ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos”. En la segunda sección, el Rey le pide dos cosas: (1) que ella se levante y (2) que vaya con El. Después de que ella fue quebrantada por el Señor, se levantó. Pero ella no ha aprendido todavía a seguir al Señor en Su obra y en Su mover. Una vez que el Señor pide algo, El nunca acepta menos. Algunas veces podemos retrasar Su itinerario y en ocasiones Su tiempo no ha llegado, pero El nunca cambia de parecer. Cuando hayamos pasado por el quebrantamiento y cuando venga Su momento, El dirá una vez más: “Ven conmigo”. Ahora el Señor la llama a vivir en ascensión. Muchas personas piensan que éste es un llamado a salir del Líbano. Personalmente, creo que ésta es una expresión poética, y a pesar de que dice ven “desde” el Líbano, no hay razón por la cual ella tenga que abandonar el Líbano. Por el contrario, en los versículos siguientes, parte de las experiencias nuevas de la doncella se relacionan con el aroma y las fuentes del Líbano. El Líbano al cual se hace referencia aquí, es un monte alto; es el lugar donde se produce el cedro. Por lo tanto, representa la nobleza del cedro. En la Biblia un monte alto significa, en muchas ocasiones, una separación entre la tierra y un lugar celestial. Por tanto, este llamado es un llamado a vivir en ascensión. Específicamente, este llamado es un llamado a que los creyentes tomen como base la ascensión y miren desde allí, lo cual es una visión de ascensión.
El creyente debe mantenerse en este monte. Aunque muchas personas han fracasado, el lugar que el Señor les ha asignado sigue siendo la cumbre de este monte celestial. Allí se está cerca del cielo. En realidad, el cielo está a todo su alrededor. En la cumbre de este monte la tierra está lejos. Las tres cumbres indican que aun en los lugares celestiales, también hay diferentes picos. Hay más de un pico, hay mucho terreno donde movernos; no estamos atados.
“Amana” significa verdad. Podemos mirar desde esta cima. Podemos morar sobre la cima, sobre todo lo verdadero, todo lo de Cristo.
“Senir” significa armadura blanda, lo cual es una referencia a la armadura que nos da el Espíritu Santo. La idea que expresa este versículo está estrechamente relacionada con la guerra. Con frecuencia debemos observar las cosas de abajo desde el punto de vista de la guerra celestial.
“Hermón” significa destrucción, lo cual se refiere a la victoria de Cristo en la cruz. El es el Hijo de Dios que se manifestó para destruir todas las obras del diablo (1 Jn. 3:8b). Podemos prevalecer en toda batalla para confrontar todos los asuntos terrenales desde la cima de la victoria.
Hay muchas cimas de victoria, y el terreno de la ascensión es amplio; hay lugar para moverse y crecer. Sin embargo, Efesios nos muestra que los lugares celestiales (caps. 1—2) son los mismos lugares donde el enemigo mora (cap. 6). Caminar en la cumbre del monte y mirar hacia abajo desde allí, inevitablemente nos lleva a encontrarnos con las guaridas de los leones y los montes de los leopardos. La tierra es el lugar donde vagan los leones, y el mundo es el lugar donde los leopardos devoran. Aún así, tanto las guaridas de los leones como los montes de los leopardos se hallan en los lugares celestiales. Antes de que conozcamos la ascensión por experiencia, todo lo que encontremos en la tierra es la obra del enemigo. Después de conocer la ascensión, moraremos en los mismos lugares donde habita el enemigo. No debemos sólo estar alerta con relación a la obra del enemigo, sino que debemos enfrentarlo cara a cara. El énfasis que la Biblia hace al referirse a los leones es su rugido. Por lo tanto, su principal trabajo es infundir temor. El énfasis dado a los leopardos en la Biblia se relaciona con su ferocidad. Así que, su obra principalmente es devorar.
El Señor llamó a la doncella a la esfera de la ascensión. Pero no le dijo que todo sería color de rosa. El le muestra que aún viviendo en la cumbre, los leones y leopardos están más cerca de ella que antes. Quienes no entienden Efesios 1 y 2 no pueden entender la guerra espiritual del capítulo seis, pero los que conocen la ascensión están conscientes de la realidad y la cercanía del enemigo. Sin embargo, el Señor nos sigue atrayendo por medio de señales, a que miremos desde este lugar. Nuestra cumbre sigue siendo la verdad, la armadura, la victoria y la destrucción. Lo celestial se puede discernir claramente en los lugares celestiales, y las cosas terrenales sólo pueden ser discernidas claramente desde un punto de vista celestial. El cielo es el único lugar donde todo se ve con claridad. Muchas veces no vemos las cosas desde el cielo, sino que las explicamos desde un punto de vista terrenal. El resultado no es más que necedad. Aun las cosas más pequeñas de la tierra deben ser vistas desde una posición celestial. De no ser así, no podremos entender ni siquiera las cosas más insignificantes. Sin embargo, mirar desde el cielo equivale a mirar desde el lugar de las guaridas de los leones y desde los montes de los leopardos. Si observamos bien, no olvidaremos al enemigo. Si miramos desde el cielo, no podremos evitar notar la relación entre todas las cosas, las guaridas de los leones y los montes de los leopardos. Quienes observan desde una cumbre pueden notar cómo ve el enemigo todas las cosas. Por consiguiente, los que miran desde “la tierra prometida” de la cima de Dios también verán cómo las cosas tienen que ver con los intereses del enemigo.
La guerra espiritual en primer lugar es un asunto de posición, y en segundo lugar, de visión. Si no tenemos la posición, no podemos identificar al enemigo, y si no tenemos una perspectiva celestial, no podemos identificar las mentiras del enemigo. Sin estas dos cosas, no puede haber batalla y no podemos pelear.
Este es un llamado que no tiene precedentes. Es un llamado grande y temible. En la esfera natural es extremadamente difícil que una doncella débil escale la montaña y llegue a la cumbre alta. Cuán aterrador es estar cerca de las guaridas de los leones y los montes de los leopardos. Pero la doncella ha escuchado el llamado. ¿Cómo debe responder?
(
Cantar de los cantares, El, capítulo 4, por Watchman Nee)