Mensajes dados a los santos que trabajan, por Witness Lee

EN EL PASADO HABÍA MUCHOS HOMBRES Y POCAS OPORTUNIDADES, MIENTRAS QUE HOY HAY MUCHAS OPORTUNIDADES Y POCOS HOMBRES

Hace tres años y medio, hubo algunos que querían servir en la iglesia en Taipéi, pero las oportunidades eran pocas. Ahora son demasiadas las oportunidades; sin embargo, son pocos los que sirven. Actualmente, hay aproximadamente diez mil santos que asisten mensualmente a las reuniones de hogar, a las reuniones de grupos pequeños y a las reuniones de distritos. Además de este grupo, hay aproximadamente diez mil santos que no están activos. Por otra parte, desde que empezamos en 1986 a predicar el evangelio al tocar a las puertas, hay veinticinco mil más que aún no hemos traído a la iglesia. Si añadimos el número de santos que no están activos al número de los que aún no hemos traído, hay treinta y cinco mil santos que requieren cuidado. ¿Quién va a cuidar de ellos? Además de las necesidades de estas personas, las reuniones de hogar, las reuniones de grupos pequeños, las reuniones de distritos y todas las demás reuniones tienen sus puertas abiertas de par en par. Las oportunidades nos están esperando. Por consiguiente, ahora hay muchas oportunidades y son pocas las personas.

Las reuniones y el servicio hoy crean oportunidades ilimitadas para que los santos sirvan

Las reuniones y servicios en el pasado no brindaban suficientes oportunidades para que los santos sirvieran. En el pasado, por un lado, conducíamos a las personas a ser regeneradas y a crecer y, por otro, los privábamos de oportunidades para servir. Hoy en día las oportunidades abundan por doquier, comenzando con la predicación del evangelio visitando a las personas, continuando con las reuniones de hogar y terminando con las reuniones de grupos pequeños y las reuniones de distritos. Al mismo tiempo, la gracia del Señor nos está esperando allí. Si alguien no sabe cómo cuidar una reunión de hogar o a una reunión de grupos pequeños, la iglesia puede proporcionar la debida orientación y todos podemos aprender juntos. En las reuniones de distritos, todos pueden profetizar, hablar la palabra del Señor y hablar por el Señor. Incluso si ustedes dicen que no pueden hacerlo, la gracia está esperándolos para que aprendan y empiecen a hacerlo. Recientemente, muchos hermanos y hermanas que han sido salvos por sólo medio año han estado poniéndose en pie para profetizar en las reuniones, y las palabras que imparten son muy frescas. Ésta es una buena señal. Actualmente, las oportunidades para servir abundan en todo lugar.

La práctica de la nueva manera también les brinda a los santos la oportunidad de exhalar el aliento de vida, que es su deseo de servir al Señor. Cuando yo era joven, era difícil encontrar una oportunidad para servir. Yo asistí a los servicios de adoración desde mi juventud hasta que cumplí veintiséis años. Durante ese tiempo, nadie jamás me pidió orar, y nunca me atrevía a orar. Cuando tenía veintiséis años, asistí a una reunión de estudio bíblico. Un hermano mayor que estaba allí y me conocía sabía que yo amaba al Señor. En una de las reuniones, él llamó mi nombre y me pidió que ofreciera una oración. Por un lado, tenía miedo; pero, por otro, me sentí privilegiado. Todos nosotros que somos salvos y amamos al Señor tenemos el deseo de servirle. Tenemos un aliento que estamos deseosos de exhalar. Ahora la práctica de la nueva manera nos permite exhalar este aliento, este deseo de servir al Señor.

(Mensajes dados a los santos que trabajan, capítulo 6, por Witness Lee)