Mensajes dados a los santos que trabajan, por Witness Lee

UNA VIDA NORMAL

Ser diferentes de la gente del mundo

El tema de hoy es una vida y un servicio normales. Básicamente, nosotros los cristianos vivimos de una manera diferente de las personas del mundo. Ellas pertenecen al mundo y están en pro del mundo, pero nosotros pertenecemos al Señor y estamos en pro del Señor. Todos los que aman al Señor aparentemente son un tanto peculiares. Todos los días tenemos la Biblia en nuestras manos, con frecuencia vamos al salón de reuniones, y todo el tiempo decimos “aleluya” y “amén”. Por la mañana leemos la Biblia, y por la noche leemos la misma Biblia. Incluso a veces tenemos que leer la Biblia antes de acostarnos. Les recomiendo a los que sufren de insomnio que hagan todos los preparativos necesarios para irse a la cama. Luego, cuando ya estén listos para acostarse, les recomiendo que abran la Biblia y lean por diez minutos. Después de leer, no es necesario que hagan una oración muy larga. Simplemente podrían decir: “¡Gracias Señor! ¡Quédate conmigo, Señor! Amén”, y luego duérmanse. Muchas veces, al hacer esto, enseguida se dormirán. Los cristianos no somos personas comunes porque pertenecemos al Señor Jesús. Nosotros le amamos y vivimos para Él.

Vivir atentos al Señor al ser constreñidos por Su amor

La razón por la cual somos diferentes de los demás es que tenemos el amor del Señor en nosotros. Somos constreñidos por el amor del Señor (2 Co. 5:14). La palabra constreñir es difícil de traducir. Según el idioma original significa “presionar por todos lados, mantener para un solo fin, limitar por fuerza, confinar dentro de ciertos límites con miras a un solo objetivo, encerrar en una sola línea y con un solo fin, como en un sendero estrecho y amurallado”. Desde el día en que usted se entregó al Señor, parece como si el Señor le hubiera puesto dos paredes, una a su derecha y otra a su izquierda. Estas dos paredes forman un camino estrecho que lo obliga a avanzar. Usted no puede dar vuelta y seguir otro camino; simplemente está obligado a seguir este camino. Por naturaleza, nosotros no deseamos a Dios; únicamente nos deseamos a nosotros mismos. En nuestro estudio y en nuestro trabajo, siempre somos nosotros el centro, la meta y la perspectiva. Pero después que fuimos salvos, el amor del Señor empezó a constreñirnos, y nosotros empezamos a amarle. Cuando yo era joven, China atravesaba un período de una gran reforma. Yo fui educado mayormente conforme a las costumbres occidentales. Tenía un futuro muy prometedor. Entonces, ¿cómo acabé siendo un “predicador pobre”? Porque había algo que me constreñía a seguir el camino del Señor.

El amor del Señor es demasiado fuerte. Él nos obliga a aceptar Su amor. Cuanto más usted dice que no quiere amar al Señor, más Él lo ama. Adondequiera que usted va, el Señor lo sigue. Él no lo dejará en paz sino hasta que responda a Su amor. El Señor no nos constriñe principalmente por medio de nuestro entorno, sino que nos constriñe interiormente. Nos hace sentir incómodos cuando no le amamos. Todos los que pertenecen al Señor y le aman han sido constreñidos a seguir por este camino. Nuestro Señor ciertamente nos ama. No obstante, yo nunca he conocido a nadie que nos perturbe tanto como el Señor. Un hermano testificó una vez que le pidió al Señor permiso para ir al cine. Pero el Señor no lo dejó en paz, sino que lo siguió. Cuando el hermano compró la entrada y entró a la sala de cine, el Señor lo siguió. Incluso en el momento más emocionante de la película, no pudo gritar. Cuando fue a casa, no pudo dormir toda la noche. Al final, no pudo hacer otra cosa que decirle al Señor: “¡Señor! No es que te ame. Pero me has perturbado demasiado, y ya no tengo más alternativa. Sencillamente no puedo ir más al cine”. Éste es el significado de la palabra constreñir.

Una vez que nos sometemos al Señor, Él deja de constreñirnos y las cosas se calman. Anteriormente, yo estaba solo. El Señor no estaba allí, y a nadie le importaba lo que hacía. Pero ahora el Señor está conmigo, y a Él sí le interesa todo lo que hago. ¡Gracias al Señor! Cuando nuestro concepto cambie, ya no sentiremos que somos constreñidos. La razón por la cual el Señor nos constriñe de esta manera es hacer que vivamos atentos a Él (v. 15). La frase vivir para Él es difícil de traducir. No significa simplemente vivir dedicado al Señor, sino vivir atento al Señor. El significado de vivir atento al Señor es más profundo que vivir dedicado a Él. Vivir dedicado al Señor significa que Él y nosotros todavía somos dos personas; pero vivir atento al Señor significa que nosotros y el Señor somos uno, como una esposa vive atenta a su marido en la vida conyugal. De este modo, llevamos una vida en la que vivimos al Señor y somos uno con Él.

(Mensajes dados a los santos que trabajan, capítulo 8, por Witness Lee)