LA NECESIDAD DE EJERCITAR
NUESTRO ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO
AL VENIR A LAS REUNIONES
Las razones por las cuales nuestras reuniones no despiertan el interés de las personas es que, por un lado, hablamos poco y nuestra experiencia es deficiente y, por otro, cuando nos ponemos de pie para presentar la verdad, no sabemos cambiar de dirección. Eso no quiere decir que debamos alabar sin cesar, pues eso tampoco es bueno. Después de cierto tiempo, debemos ser capaces de dar nuevamente un giro de Dios a los hombres y continuar hablándonos unos a otros. De esta manera, el sabor se mantendrá fresco y rico. Espero que los hermanos y hermanas aprendan esto. Incluso los hermanos mayores deben aprender esto. No es tan difícil. En Anaheim un grupo de hermanos y hermanas mayores están aprendiendo inglés muy bien. Una hermana que tiene ochenta y un años continúa yendo al centro comunitario para aprender inglés, y los maestros y estudiantes de su clase la estiman mucho. Por lo tanto, espero que los hermanos y hermanas mayores se sientan animados.
Si estuviéramos aquí simplemente para celebrar cultos de adoración, todo sería muy sencillo. Con tal de que las personas asistieran a la reunión, todo estaría bien. Pero éstas son reuniones de la iglesia, las cuales nos exigen ejercitar todo nuestro ser. Debemos ejercitar nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestra mente y nuestro espíritu. Cuando vamos a jugar fútbol, en el momento que estemos en nuestra posición en la cancha debemos emplear todas nuestras destrezas. Incluso nos cambiamos de ropa. Del mismo modo, cuando vayamos a las reuniones, también debemos tener el comportamiento propio de las reuniones.
(Reunirnos para hablar la Palabra de Dios, capítulo 4, por Witness Lee)