Reunirnos para hablar la Palabra de Dios, por Witness Lee

PARA HABLAR POR EL SEÑOR SE REQUIERE QUE ESTEMOS EQUIPADOS Y TENGAMOS UN SUMINISTRO DE RESERVA

Debemos ejercitar toda sabiduría para abrir nuestro ser, a fin de que la palabra del Señor, como una persona viva, more cómoda y libremente en cada parte de nuestro ser. Entonces, cuando usted quiera hablar por Él, esta palabra que reside en usted será viviente y rica, estará disponible, y usted podrá usarla libremente. Debido al nivel educativo que tenemos en Taiwán hoy, el nivel de conocimiento de todos los habitantes de Taiwán ha ascendido notablemente. Asimismo, la era ha cambiado. Como cristianos que viven en el siglo XX no podemos permitirnos hablar la palabra del Señor de una manera tan simple, diciendo: “Es bueno que usted crea en Jesús, pues así podrá comer y dormir en paz. Además, después que muera, se irá al cielo y no al infierno”. Hoy en día nadie prestaría atención a esa clase de hablar.

Tenemos que hablar algo más concreto y sustancioso. Por ejemplo, podemos hablar claramente sobre Romanos 8:2, que dice: “La ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte”. Estas palabras tan claras impactarán a los estudiantes universitarios intelectuales, pues preguntarán: “¿Cuál es la ley del pecado y de la muerte? Quisiera escuchar más al respecto”. Entonces usted podrá mostrarles un “diamante” diciendo: “Todos los que pecan son esclavos del pecado, pero si el Hijo de Dios lo liberta a usted, usted será verdaderamente libre”.

Cuando permita que la palabra del Señor more ricamente en usted, tendrá la sabiduría para presentar diferentes versículos a las diferentes personas con las que se encuentra. Por ejemplo, usted podría leer Génesis 1:26, que dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza”, o podría leer Juan 1:1 que dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”. Trate de leer estos versículos. Todos los que lo oigan se maravillarán porque no tienen idea de que en la Biblia se hallan cosas tan profundas y misteriosas como éstas.

Espero que hoy por medio de esta comunión, ustedes sean iluminados para ver que necesitamos hablar por el Señor. Únicamente al hablar por el Señor, el Señor tendrá la manera de avanzar y nosotros también. A fin de hablar por el Señor, tenemos que ser equipados y debemos tener un suministro de reserva. Debemos ejercitar toda sabiduría para recibir a este Señor viviente, a fin de que la palabra viva more en nuestro ser. Si hacemos esto, podremos hablar la palabra en nuestra escuela y en nuestro trabajo. Incluso cuando las hermanas vayan al supermercado o a la tienda a comprar telas, tendrán palabras para todos los que se encuentren y podrán predicar la palabra de Dios a otros.

(Reunirnos para hablar la Palabra de Dios, capítulo 3, por Witness Lee)