NO DEBEMOS ACTUAR INDEPENDIENTEMENTE
SINO CUIDAR DEL ESPÍRITU DE LA REUNIÓN
Una vez que hayamos tocado el espíritu de la reunión y nos hayamos percatado de cuál es el fluir de la reunión, lo primero que debemos cuidar es no actuar independientemente. Por lo tanto, no debemos hablar descuidadamente. Si hablamos descuidadamente, estaremos fuera del fluir. Esto perturbará el fluir de la reunión. ¿Qué debemos hacer entonces? Debemos seguir el fluir. Ya sea que estemos cantando, orando, testificando o hablando, debemos seguir el espíritu de la reunión, dejándonos guiar por el fluir de la reunión. Por ejemplo, supongamos que cuando usted entra en el salón de reuniones el fluir es uno de alabanzas, pero después de que usted se sienta le pide a todos que lean la Biblia. Si hace eso, habrá perturbado el espíritu de alabanzas. Mientras todos alaban, usted debe zambullirse también en ese fluir de alabanzas y unirse a los demás en dicho fluir. Incluso las palabras de sus alabanzas deben encontrarse dentro del fluir, siguiendo la misma dirección de las alabanzas de todos los demás. Todos debemos aprender a hacer esto.
Quizás algunos digan: “No es nada sencillo asistir a la reunión. Primero, tenemos que dejar todo para ser llamados a reunirnos en el nombre del Señor. Luego, en la reunión debemos tocar el fluir que está allí presente. Si el fluir es un fluir de tristeza y llanto, debemos también llorar; si es de regocijo, debemos también regocijarnos; y si es de alabanzas, debemos también alabar en el fluir. Todas estas cosas son sólo para los ‘profesionales’; son demasiado difíciles para mí”. En respuesta, yo le diría lo siguiente: Dígame usted, por favor, ¿es difícil para ustedes, que están aquí en esta reunión, hablar chino? Todos estamos acostumbrados a hablar chino; nunca nos ha parecido difícil hablar chino. Sin embargo, en los pasados veinte años, todo lo que he hablado en el exterior ha sido en inglés. Asimismo, lo que he escrito ha sido en inglés. Debido a esto, se me ha olvidado cómo decir muchas expresiones chinas y cómo escribir muchos de los caracteres chinos. Mi punto con esto, es mostrarles que si a ustedes les cuesta trabajo hablar o no, depende de si lo practican o no. Si ustedes continúan hablando y hablan sin cesar, no les será difícil hablar.
Espero que practiquen esto de todo corazón, porque hablar es nuestro pulso vital. Es aquí donde reside la prosperidad de la iglesia. Si nuestras reuniones son buenas, cuando las personas vengan serán salvas. También podremos brindarles un suministro, educarlas y edificarlas. De este modo, día tras día la iglesia será más próspera. Sin embargo, si nuestras reuniones son pobres, no creceremos mucho.
(Reunirnos para hablar la Palabra de Dios, capítulo 5, por Witness Lee)