III. LA VIDA NO ES UNA ESPECIE DE PODER
También debemos ver que la vida no es una especie de poder. El Espíritu tiene dos aspectos: el de la vida en nosotros, y el de poder sobre nosotros. Cuando el Nuevo Testamento habla del poder del Espíritu, usa la preposición sobre, lo cual implica algo por fuera; pero cuando se refiere al Espíritu como vida usa la preposición en. El Espíritu está en nosotros.
El Nuevo Testamento dice que el Espíritu de realidad estaría con nosotros e incluso en nosotros, y que ríos de agua viva brotarían de nosotros. Existe el aspecto de beber del Espíritu y el de ser bautizados en Él. Bautizar a una persona es sumergirla en el agua, pero beber es ingerir el agua. En 1 Corintios 12:13 se habla de estos dos aspectos. Todos fuimos bautizados en un solo Espíritu en un solo Cuerpo, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Estos dos aspectos se relacionan con el Espíritu, pero en el cristianismo actual el aspecto de la vida es dejado a un lado y se exagera el énfasis en el aspecto del poder. Por lo tanto, es necesario dejar claro que la vida nos es una especie de poder.
Hechos 1:8 muestra que el hecho de que el Espíritu de poder viniera sobre los discípulos los capacitó para que llevaran a cabo la obra de propagar el evangelio desde Jerusalén hasta las partes más remotas de la tierra. Este versículo nos muestra que el poder es necesario para la obra, y Juan 6:57b muestra que la vida es esencial para nuestro vivir. En este versículo el Señor dice: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí”.
(Lecciones básicas acerca de la vida, capítulo 7, por Witness Lee)