Lecciones básicas acerca de la vida, por Witness Lee

IV. UN ESPÍRITU CONTRITO Y HUMILDE

Un espíritu contrito y humilde es muy parecido a un espíritu quebrantado. Tanto Isaías 57:15 como 66:2 indican lo mismo, que ni aun el cielo como morada trae suficiente gozo a Dios. Él desea morar con las personas que tienen un espíritu contrito y humilde, lo cual no es insignificante. Si estamos contritos y humillados en nuestro espíritu, estamos quebrantados, y podemos disfrutar la presencia de Dios. De este modo, Él está con nosotros y además mora con nosotros.

Si nuestro espíritu es orgulloso y nos protegemos a nosotros mismos, manteniéndonos intactos, enteros y completos, y si no estamos dispuestos a arrepentirnos y confesar nuestros pecados, perderemos la presencia del Señor. En cierto modo, sentimos, por experiencia propia, que la presencia del Señor nos abandona. Por eso, necesitamos un espíritu contrito, humilde y quebrantado, un espíritu que se arrepiente y confiesa los pecados. Si tenemos un espíritu así, el Señor estará con nosotros y morará con nosotros. Isaías 57:15 y 66:2 son versículos maravillosos que debemos mostrar a los santos.

(Lecciones básicas acerca de la vida, capítulo 19, por Witness Lee)