CADA UNO ES UN PROFETA Y UN MAESTRO
Y TODOS EJERCEN SU FUNCIÓN
Todos los colaboradores y ancianos deben participar en los grupos pequeños y brindar ayuda a las reuniones de grupo. Especialmente debido a que estamos en la fase inicial de la obra, necesitamos tener un buen comienzo. Además, cuando los colaboradores vayan a ayudar a los santos, es importante que tengan un espíritu fuerte, que tengan “una piel dura” y no expresen opiniones. Debemos aprender a practicar estas tres cosas. Queremos que cada hermano y hermana finalmente sea un profeta y un maestro. Debemos ir en contra del camino del cristianismo, el cual anula los dones y la función de los santos al enfocar toda su atención en un pastor que hace todo. Esto no es conforme a la Biblia. Sin embargo, debemos reconocer que aunque hay mucha luz entre nosotros, nuestra práctica aún no es fuerte. Creo que lo que agrada al Señor es que cada hermano y hermana tome su turno y ejerza su función. Esperamos que después de reunirnos de esta manera por medio año o por un año, cada hermano y hermana pueda hablar, es decir, pueda ejercer su función como profeta y maestro. Todo dependerá de nuestro empeño.
Si durante 1985 aumentamos uno por cada uno de los santos en Taipéi, o mejor aún, dos por uno, habrá más de mil grupos pequeños, lo cual requerirá la ayuda de más de mil servidores de tiempo completo. Por lo tanto, es probable que en el futuro necesitemos la ayuda de todos los que sirven a tiempo parcial. Además, algunos de los hermanos y hermanas que actualmente se reúnen en los grupos pequeños también podrían ayudar. En una iglesia local fuerte cada hermano y hermana es útil y capaz de salir a la batalla y desempeñar la función de un profeta y un maestro. Al abrir su boca, su espíritu es liberado y muestra que tiene una piel dura, es decir, no es tímido. Además, tampoco expresa opiniones, ni entra en disputas ni se pone a discutir con otros.
(Agresividad apropiada que requieren los que sirven al Señor, La, capítulo 4, por Witness Lee)