EJERCITEMOS NUESTRO ESPÍRITU
MEDIANTE TODA CLASE DE ORACIÓN
Las dos epístolas dirigidas a Timoteo hablan particularmente sobre la oración y sobre recibir la palabra de Dios para el ejercicio de nuestro espíritu. En 1 Timoteo 2:1-3 se nos dice: “Exhorto ante todo, a que se hagan peticiones, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y sosegada en toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador”. El versículo 1 habla de las diversas clases de oración, incluyendo las oraciones generales así como las oraciones más específicas en las que se hacen peticiones por necesidades particulares. Estas oraciones se deben hacer no solamente por cierta categoría de personas, sino por todos los hombres. El versículo 2 da a entender que esta oración que hacemos por todos los hombres guarda relación con la piedad. A fin de ejercitar nuestro espíritu, tenemos que orar de muchas maneras. Efesios 6:18 dice: “Con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu, y para ello velando con toda perseverancia y petición por todos los santos”. La oración y petición se tienen que hacer en el espíritu. Al orar mediante todas estas clases de oración, verdaderamente ejercitamos nuestro espíritu y ejercemos el verdadero sacerdocio.
(Ejercicio de nuestro espíritu, El, capítulo 3, por Witness Lee)