Ejercicio de nuestro espíritu, El, por Witness Lee

RECIBIMOS LA PALABRA COMO EL ALIENTO DE DIOS

En todos los libros del Nuevo Testamento no encontramos una porción tan única como la hallada en 2 Timoteo 3:16. Este versículo dice: “Toda la Escritura es dada por el aliento de Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. Todas las palabras contenidas en la Biblia son el aliento divino de Dios. Esto guarda relación con el Espíritu en nuestro espíritu. Debido a que la Palabra de Dios no es meramente para ser enseñada, no podemos aprehenderla de manera cabal por medio del ejercicio de nuestra mente. La mente no es suficiente. Tenemos que ejercitar nuestro espíritu si hemos de aprehender la Palabra, debido a que ella es el aliento espiritual, el aliento mismo de Dios. Cuando leemos la Palabra, tenemos que aprender a inhalarla, no solamente a entenderla. Es un concepto equivocado que cuando leemos la Palabra principalmente tenemos que entenderla. La palabra de Dios es alimento y bebida espiritual (Mt. 4:4; 1 P. 2:2; Jer. 15:16; Sal. 119:103; Job 23:12; Jn. 6:63). No es necesario entender la comida, todo lo que tenemos que hacer es comerla. La Biblia no es principalmente para que nosotros la entendamos. Ésta es para que nosotros la inhalemos.

(Ejercicio de nuestro espíritu, El, capítulo 3, por Witness Lee)