LA PIEDAD ES LA MANIFESTACIÓN
DE DIOS EN LA CARNE
A fin de comprender qué es ejercitarse para la piedad, primero tenemos que conocer qué es la piedad según las dos epístolas dirigidas a Timoteo. La definición de lo que es la piedad está en 1 Timoteo 3:16, donde se nos dice: “Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Él fue manifestado en la carne, / Justificado en el Espíritu, / Visto de los ángeles, / Predicado entre las naciones, / Creído en el mundo, / Llevado arriba en gloria”. Después de la palabra piedad hay dos puntos, lo cual indica que lo que sigue es la definición. La piedad es ser semejantes a Dios; es decir, es manifestar a Dios en la carne. Según el contexto, este versículo no solamente se refiere a Cristo mismo, sino también a la iglesia. El versículo anterior dice: “Si tardo, escribo para que sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad” (v. 15). En principio, la iglesia es tanto la casa de Dios, en su condición de columna y fundamento de la verdad, como también el misterio de la piedad, es decir, Dios mismo manifestado en la carne. Cuando Cristo estuvo en la tierra, Él era Dios manifestado en la carne. Asimismo, hoy en día la iglesia está en la carne, pero Dios es manifestado en ella.
No debemos olvidar que la piedad implica que Dios es manifestado en nosotros, en la carne. La piedad es más que simplemente tener la semejanza de Dios. Al ser creado, Adán tenía la semejanza de Dios porque fue hecho a la imagen de Dios (Gn. 1:26). Sin embargo, al no participar del árbol de la vida, Adán no podía manifestar a Dios. Él no podía expresar a Dios de una manera real debido a que no tenía a Dios viviendo en su ser. Para que Dios sea manifestado en la carne de manera viviente, para que Él sea expresado a través de nosotros, se requiere que Él viva en nosotros. Con frecuencia en los periódicos aparece una foto del presidente de la nación. Podemos decir que el presidente se expresa en los periódicos, pero dicha fotografía no puede expresarlo de manera viviente, pues la misma carece de vida. Asimismo, nosotros no expresamos a Dios como lo haría una fotografía de Él. Nosotros somos la manifestación de Dios y le expresamos de una manera viviente, porque Él vive en nosotros. Esta expresión y manifestación de Dios es la piedad.
(
Ejercicio de nuestro espíritu, El, capítulo 1, por Witness Lee)