JUAN EL BAUTISTA RECHAZA
EL SACERDOCIO DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Y SE VUELVE AL SACERDOCIO DEL NUEVO TESTAMENTO
Uno de estos pasajes tiene que ver con Juan el Bautista. Juan nació en una familia de sacerdotes. Su padre, Zacarías, era uno de los sacerdotes principales, quien ejercía el liderazgo en el orden sacerdotal. Juan, era sacerdote por nacimiento; sin embargo, él no ejerció su función en el templo, sino que, en lugar de ello, salió al desierto. Tampoco usó las vestiduras sacerdotales ni comió el alimento sacerdotal, sino que llevaba un vestido de pelo de camello y comía langostas y miel silvestre. Él salió al desierto y les dijo a las personas: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt. 3:2). Es así como comienza un sacerdote del Nuevo Testamento. El deber o responsabilidad de un sacerdote del Nuevo Testamento consiste en ofrecer a los pecadores. Juan era sacerdote, pues había nacido en el seno de una familia de sacerdotes; sin embargo, la era había cambiado. Así que, él ya no podía ser un sacerdote del Antiguo Testamento; en vez de ello, llegó a ser un sacerdote del Nuevo Testamento.
En el Nuevo Testamento, el primero en cumplir su ministerio fue Juan; el segundo fue el Señor Jesús. En Juan 3 leemos: “Después de esto, Jesús y Sus discípulos fueron a la tierra de Judea, y allí estuvo con ellos, y bautizaba. Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados [...] Los discípulos de Juan [...] vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira Aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a Él. Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de Él. El que tiene la novia, es el novio; mas el amigo del novio, que está allí y le oye, se goza grandemente de la voz del novio; así pues, éste mi gozo se ha colmado. Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe” (vs. 22-30). Lo que quiero hacerles notar aquí es que Juan salió para ser un sacerdote de la era neotestamentaria. Lo que él ofrecía era pecadores. Él no era el Sumo Sacerdote. El Sumo Sacerdote era Aquel que había venido después que él. Él simplemente era un sacerdote que ayudaba al Sumo Sacerdote a ofrecer a los pecadores.
El otro pasaje se encuentra en Romanos 1 donde Pablo dijo: “Sirvo en mi espíritu en el evangelio de Su Hijo” (v. 9). La palabra sirvo en el idioma original también implica hacer un servicio en adoración. Pablo consideraba que su predicación del evangelio no sólo era una obra, sino un servicio y una adoración que le rendía a Dios. Después que predicaba el evangelio y salvaba a los pecadores, él ofrecía tales pecadores a Dios. Por este motivo, en Romanos 15:16, él dijo: “Para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, un sacerdote que labora, sacerdote del evangelio de Dios, para que los gentiles sean ofrenda agradable”.
(Sacerdotes neotestamentarios del evangelio, Los, capítulo 1, por Witness Lee)