Sacerdotes neotestamentarios del evangelio, Los, por Witness Lee

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PROSEGUIR PARA ENRIQUECER EL CONTENIDO DE LA NUEVA MANERA, PARA LO CUAL LOS ANCIANOS SON LA CLAVE DEL ÉXITO

Hemos invertido más de cuatro años en Taipéi para estudiar la nueva manera. Hoy en día podemos afirmar que ya tenemos la estructura básica en la iglesia en Taipéi; la iglesia ahora está en el camino correcto. Ahora contamos a la estructura básica del evangelio, con los hogares, con los grupos pequeños y con los distritos. Pero el contenido debe corresponder a la estructura básica que ya tenemos. La clave del éxito que tengamos dependerá mucho de los ancianos.

Antes de poner en práctica la nueva manera y de tener los tres niveles de reuniones —en los hogares, los grupos pequeños y los distritos—, tenemos que ser personas que han sido avivadas. Además de tener un avivamiento cada mañana y de vencer cada día, debemos orar, seguir al Espíritu, vivir a Cristo y laborar diligentemente. Espero que ustedes se levanten para tomar esta carga. El Señor Jesús dio dos ejemplos en Lucas 14: “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? (v. 28). “¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera...?” (v. 31). Estos dos ejemplos muestran que hay que hacer planes en la vida cristiana. ¿Cómo debo conducir mi vida? Aparte de mi horario de oficina, ¿cuánto tiempo debo darle al Señor? Debemos hacer algún plan y debemos sacar cuentas. Por mucho tiempo hemos vivido de una manera insensata. De ahora en adelante, ya no debemos portarnos insensatamente.

Debido a que ustedes son ancianos, una pesada responsabilidad recae sobre sus hombros. Es necesario planear y hacer cálculos. Trabajar, cuidar de la familia y superarse son ocupaciones humanamente necesarias. Ahora bien, yo también creo en la mano soberana de nuestro Creador, Dios, quien dispone todas nuestras circunstancias. Mientras hagamos las cosas conforme al principio correcto, no encontraremos ninguna dificultad. Hoy en día ustedes están en el recobro del Señor. Ya no pueden ser igual de insensatos a como eran antes. Tienen que ser como Pablo, quien corría, no como a la ventura, y luchaba en el pugilato, no como quien golpea el aire (1 Co. 9:26). Ustedes tienen que tener una meta definida. Puesto que el Señor los puso a ustedes como ancianos aquí en Taipéi, tienen que considerar este asunto seriamente. Tienen que orar mucho delante del Señor. Si ustedes no ven las cosas con claridad, deben buscar la comunión junto con dos o tres hermanos. Averigüen con ellos qué es lo que debe hacer un anciano. Si ustedes llevan a diario una vida vencedora y tocan al Señor cada mañana, teniendo un nuevo comienzo cada día, y andan conforme al Espíritu, su tiempo no será desperdiciado.

Queridos hermanos, mientras ustedes estén dispuestos, no habrá nada que les resulte imposible realizar. Cada semana, sin contar el día del Señor, ustedes deberán dedicar al menos dos noches enteras para servir al Señor. Ustedes deberán salir a visitar a las personas para predicarles el evangelio, o asistir a reuniones de casa o a las reuniones de los grupos pequeños. Luego, el día del Señor, deberán reunirse siempre con los hermanos y hermanas. En Taipéi, la mayoría de las personas trabaja durante el día y descansa en las noches. Además de esto, la mayoría de las personas descansa un día y medio los fines de semana. Este horario nos es muy conveniente para servir al Señor. Si planeamos un poco y dedicamos dos noches por semana al Señor, ciertamente lograremos algo. Ésta es una manera muy eficaz. Ya la hemos estudiado, y la estructura básica ya ha sido establecida. El resto depende de ustedes, los ancianos.

Ahora tenemos muy claro que la primera labor que realiza un sacerdote del Nuevo Testamento consiste en traer a los pecadores y ofrecerlos como ofrendas. Después de esto, ustedes tienen que realizar una tarea muy fina, a saber, disponer constantemente el pan de la Presencia, mediante el impartir del suministro de vida, y encender las lámparas por medio de liberar la verdad. Disponer el pan de la Presencia y encender las lámparas es algo que se hace en los grupos pequeños. Además de esto, deben orar por otros. A esto se refería Pablo cuando dijo en Colosenses 1, que anunciaba a este Cristo, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre. Si todos hacen esto, el resultado será un sacerdocio universal. Así pues, todos deben predicar el evangelio; todos deben alimentar las ovejas del Señor; todos deben aprender a ejercer su función y a enseñar en las reuniones de los grupos pequeños; y todos deben profetizar en las reuniones de distrito. De esta manera, todos en la iglesia serán sacerdotes, y el clero desaparecerá.

(Sacerdotes neotestamentarios del evangelio, Los, capítulo 1, por Witness Lee)