Estudio-vida de Isaías, por Witness Lee

I. LAS MEDIDAS QUE JEHOVÁ TOMA CON RESPECTO A LA CONFIANZA QUE ISRAEL PONE EN EGIPTO

Isaías 30:1-17 y 31:1 hablan sobre las medidas que Jehová tomó con respecto a la confianza que Israel puso en Egipto.

A. Los hijos rebeldes descienden a Egipto

En Isaías 30:1-2 el profeta pronuncia ayes contra los hijos rebeldes, quienes hacen planes, pero no de parte de Jehová, y derraman libaciones al hacer alianza, mas no del Espíritu de Jehová, para añadir pecado a pecado; ellos descendieron a Egipto, pero no preguntaron de la boca de Jehová, para tomar refugio en el refugio de Faraón y buscar abrigo a la sombra de Egipto, lo cual sería su humillación. Las libaciones eran ciertas bebidas que, a manera de ofrenda, los gentiles derramaban delante de sus ídolos. Cuando dos grupos o naciones hacían una alianza o formaban una confederación, ellos derramaban libaciones en tierra para indicar que habían hecho una alianza. Israel había formado tal clase de alianza con Egipto. Por tanto, el refugio de Faraón sería su vergüenza, y el abrigo a la sombra de Egipto, su humillación. El pueblo de Egipto no serviría de ayuda ni de provecho para Israel, sino que les acarrearía vergüenza y oprobio (vs. 3-5).

En tipología, Egipto representa el mundo. Siempre que el pueblo de Dios se encuentra en una condición caída o en estado de abatimiento, acude a Egipto (Gn. 42:10). Abraham hizo esto (Gn. 12:10). Hoy en día, cuando los cristianos se encuentran abatidos, ellos con frecuencia acuden al mundo. Acudir a Egipto, poner nuestra confianza en Egipto o hacer alianza con Egipto, es pecado. Acudir al mundo o poner nuestra confianza en el mundo jamás podrá ser de beneficio, gloria o ayuda para nosotros. Esto siempre resulta en humillación, vergüenza y oprobio (Is. 30:5). He conocido a un buen número de santos que se tornaron descontentos con respecto a la vida de iglesia, por lo cual se volvieron al mundo. Entonces, ellos acudieron al mundo y, finalmente, se quedaron en el mundo. Muchos de ellos no pudieron retornar del mundo a la vida de iglesia.

Esto debe enseñarnos una lección. No importa cuán abatidos estemos, no debemos acudir al mundo; más bien, debemos mirar hacia arriba. Cuando miramos hacia arriba, el Señor siempre encuentra la manera de llevarnos hacia arriba.

(Estudio-vida de Isaías, capítulo 17, por Witness Lee)